¿Qué te llevó a vivir a Italia? Cuéntanos un poco tu recorrido.
Me vine a vivir a Italia por amor. En el 2003 cuando vivía en Estocolmo conocí a mi marido. En el 2005 decidimos iniciar una vida juntos y me vine a vivir a Verona. Pensamos que hacer los documentos para mi residencia y ciudadanía no sería un problema ya que mi padre es ciudadano italiano, lo terrible fue que nos equivocamos. Pase muchas humillaciones sin necesidad, un trámite que tenía que durar un mes lo hicieron en siete meses en los cuales seguían pidiendo documento y nos mandaban a hacer largas filas de una oficina a otra. Al final fui a hablar con el jefe de la Anagrafe en Verona a quien expliqué la situación y una semana después me dieron mi ciudadanía.
¿Qué es lo que más te gusta de tu vida allí?
Verona es una ciudad muy bonita, hay posibilidades de trabajo y es tranquila. Para mi fue difícil acostumbrarme ya que encontré muchas personas racistas por mis orígenes sudamericanos. Abrí un jardín donde trabajaba con el método Montessori, el primero con telecámaras, un trabajo de un año para proyectar el lugar y redactar el proyecto educativo. Después de cinco años después de ser acosada con controles injustificados en donde siempre pedían algo que a otros jardines no, decidí vender la actividad. Mi salud se había deteriorado y ya había tenido dos embarazos de riesgo. Estar en el trabajo y que un anónimo llame y te diga “los extracomunitarios son para limpiar baños o trabajar en un café no para ser directora de un jardín” fue terrible para mí, ese día recibí la prueba que no me dejarían tranquila. En el 2015 vendí el jardín.
Cuéntanos un poco sobre tu día a día.
Mis días tendrían que ser de 48 horas, pienso que para todas las mamás es así, escuela, casa, trabajo. En el tiempo libre cuando se puede salimos en familia. Doy gracias a Dios por la pequeña familia que tenemos mi marido, mis hijos ya que el resto de la familia está muy lejos ya son 16 años que no voy a Chile.
¿Cuáles son tus pasiones?
En el 2010 la casa editorial Aurelia decidió publicar uno de mis libros “La grande Aventura”. Desde esa fecha he continuado escribiendo. En el 2020 publiqué el libro “Lo mío no fue culpa de Pinochet” en español e italiano.
Ahora me dedico a escribir, a mi marido y mis hijos Thalía, Aleandro, Vittorio y la más pequeña de cuatro patas Chloe. Amo los animales, una de mis grandes pasiones son las motos, sobre todo cros, trabajar con niños y los deportes.
¿Qué proyectos tienes para el año que empieza?
Como proyectos para este año están en primera fila retomar el libro “El emigrante y Nano”. Poder retomar mis clases de italiano.
Para muchas personas el covid ha cambiado todo y la situación económica ha empeorado ya que mucha gente está sin trabajo y los subsidios no son para todos.
¿Qué consejo darías a otros compatriotas tuyos que quieren vivir en Italia?
A quien quiere venir a vivir en Italia le recomiendo informarse bien de la ciudad donde va a vivir. Conocer la base del idioma y sobre todo venir con sus documentos si no quieren pasar humillaciones gratuitamente. Contactar con alguien que les eche una mano con información para arrendar ya que a veces no quieren arrendar a los extranjeros ni siquiera con contrato de trabajo.