Menu
Expat.com
Buscar
Revista
Buscar

Vivir el embarazo en el extranjero: lo que puede sorprender según los países

mujer embarazada
monkeybusiness / Envato Elements
Escrito porAsaël Häzaqel 03 Diciembre 2025

Vivir el embarazo en el extranjero puede deparar algunas sorpresas. Por supuesto, los tratamientos y prácticas sorprenden esencialmente a las expatriadas que descubren estas maneras de hacer o de pensar. Algunas prácticas pertenecen a la tradición. Otras llaman la atención del cuerpo médico. Ejemplo con 5 países y sus maneras de abordar el embarazo.

Países Bajos: el parto en casa, una práctica habitual

Las expatriadas acostumbradas a un proceso muy medicalizado seguramente se sorprenderán con el enfoque neerlandés. En los Países Bajos, dar a luz en casa no es un método insólito o alternativo (como en muchos otros países), sino una elección consciente que el gobierno fomenta siempre que las condiciones lo permitan. Al tratarse de un parto en casa, no hay epidural (se registran menos del 30 %).

Para las autoridades, «ausencia de un entorno ultramédico» no significa «mala atención». Al contrario: las matronas y profesionales sanitarios son conocidos precisamente por la excelencia de su atención, tanto en el domicilio como en entornos muy medicalizados. En caso de problemas, la mujer embarazada es trasladada inmediatamente al hospital más cercano. El hospital no es el lugar preferente para dar a luz, sino que se recurre a él en caso de dificultad.

Sin embargo, el parto en casa está perdiendo terreno frente al parto hospitalario. Las matronas ven en esto un aumento progresivo de las sospechas de ciertos profesionales sanitarios. Pero dar a luz en casa sigue siendo la norma para aproximadamente entre el 13 y el 20 % de las mujeres, según la Organización Real Neerlandesa de Matronas. Es mucho más que en Sudáfrica (4 %), que en Turquía (2 %), que en Estados Unidos (1,3 %), que en Alemania (1,3 %). En un gran número de países europeos, el parto en casa representa menos del 1 % de los nacimientos (España, Italia, Polonia, Grecia…) o el 1 % de los nacimientos (Moldavia, Austria, Francia, Suecia, Letonia y Portugal). Las expatriadas en India, Marruecos, Perú o Indonesia oirán hablar con más frecuencia del parto en casa. En estos países, la práctica representa entre el 14 y el 39 % de los nacimientos.

Hong Kong: la cuestión del deporte durante el embarazo

En Hong Kong, todavía se desaconseja a algunas mujeres embarazadas toda práctica deportiva durante su embarazo. El deporte sería potencialmente peligroso para su bebé y para ella. Hace apenas unos años, este discurso lo transmitían incluso ciertos médicos. En muchos otros países, la opinión médica es muy distinta: el deporte no está contraindicado, sino que actúa como «tratamiento» no farmacológico para la madre y el bebé. Se fomenta la práctica deportiva siempre que vaya precedida de consulta médica y de las recomendaciones de los profesionales.

Muchos profesionales hongkoneses comparten este análisis. Las expatriadas en Hong Kong pueden comprobar efectivamente que es perfectamente posible combinar embarazo y deporte. Lo importante es elegir la disciplina apropiada. En primer lugar, la mujer embarazada no debe tener ninguna contraindicación médica. Después, debe respetar las recomendaciones del médico: duración del ejercicio, repeticiones semanales, tiempo de práctica según la evolución del embarazo… En Hong Kong, como en otros países, se desaconsejan los deportes con alto riesgo de traumatismo abdominal, como los deportes de contacto (baloncesto, fútbol, rugby, artes marciales…). Los deportes con alto riesgo de caída también están contraindicados (esquí, equitación…). También se desaconsejan la bicicleta en ciudad y el ciclismo de montaña (terreno accidentado, riesgo de caída). Hay que tener precaución con los deportes de raqueta o el running. Ahí también existe siempre el riesgo de una caída. En cambio, se recomiendan los deportes suaves y de bajo impacto: natación, aquagym, marcha, gimnasia suave adaptada al embarazo, ejercicios de fortalecimiento muscular.

Estados Unidos: vitaminas prenatales para el bebé

Una vez más, esta práctica puede sorprender a las expatriadas no acostumbradas a tomar suplementos alimenticios. A menudo se considera a Estados Unidos como «el país de los suplementos alimenticios». Pero Italia, Alemania, Reino Unido, Japón, Francia y Canadá también ocupan su lugar. En estos países, los tratamientos a base de suplementos alimenticios se han convertido en algo habitual. Algunos tratamientos son prescritos por los médicos. Pero otras prácticas responden a la automedicación y requieren mucha prudencia. Quizás sea esta la razón por la que las vitaminas prenatales son objeto de una atención especial. Porque se trata de vitaminas específicas para la mujer embarazada. Por lo tanto, no deben confundirse ni sustituirse por suplementos alimenticios convencionales para adultos. Las grandes consumidoras de vitaminas para adultos no necesariamente adoptan el mismo comportamiento para su bebé.

En Estados Unidos, se constata sin embargo que las vitaminas prenatales tienen gran éxito. A menudo compuestas de ácido fólico (vitamina B9), vitamina B3, hierro, omega-3, vitamina C, calcio…, se venden sin receta en muchos sitios. Por supuesto, la opinión del médico es indispensable antes de tomar cualquier vitamina prenatal. Deben servir sobre todo para la mujer embarazada que efectivamente tiene carencias. Los profesionales sanitarios alertan regularmente sobre los riesgos que presentan estas vitaminas. Algunas contienen metales y compuestos tóxicos perjudiciales para el feto. Además, una toma inadecuada de vitaminas puede provocar una sobredosis. De ahí la opinión indispensable del médico antes de tomar cualquier vitamina. Por regla general, una alimentación equilibrada y una actividad física apropiada son suficientes para la mujer embarazada y el feto.

Japón: el peso de la vigilancia

Las mentalidades cambian progresivamente, pero ciertas prácticas persisten. En Japón, «embarazo» todavía suele ir asociado a «control del peso». Un control que muchas mujeres embarazadas consideran excesivo. Algunos médicos japoneses limitan el aumento de peso a 1 kg máximo al mes, con un límite de 10 kg para todo el embarazo. Esta cultura de la «delgadez de la mujer embarazada» va de la mano con la cultura de la delgadez muy arraigada en el país. De hecho, engordar «demasiado» está mal visto… incluso cuando se está embarazada. El médico o la matrona puede incluso imponer una dieta si constata que la mujer embarazada ha ganado «demasiado» peso. Numerosas expatriadas relatan consultas a veces estresantes debido al tema del peso. Algunas expats no dudan en hacer muchas preguntas o afirmar su punto de vista, lo que puede desestabilizar a ciertos profesionales japoneses, poco acostumbrados a tanta insistencia.

El peso sigue siendo una de las preocupaciones principales del equipo médico en el momento del nacimiento: nada de piel con piel, sino un pesaje del recién nacido. Otros pesajes se sucederán en cada toma, para asegurarse de que el bebé no esté «demasiado» gordo. Los médicos que practican esta vigilancia milimétrica esgrimen a veces argumentos discutibles. Problema: esta obsesión por el peso ha contagiado a muchas mujeres embarazadas y madres japonesas, y supone un riesgo real para los bebés. Los médicos han constatado una tendencia al «encogimiento» de los bebés japoneses.

Otra práctica denunciada por cada vez más mujeres: el parto sin epidural. Costoso y no cubierto, el parto con epidural todavía se practica poco en Japón: apenas el 13,8 % en 2024, frente al 77 % en Estados Unidos (cifras de la Asociación Japonesa de Obstetras y Ginecólogos). Según los defensores del parto natural, el dolor reforzaría el vínculo entre la madre y el bebé. Para fomentar la epidural y tratar de relanzar la natalidad, las autoridades tokiotas han establecido una subvención «especial epidural».

Filipinas: palabras de amabilidad para el buen desarrollo del bebé

Las palabras amables deberían ser la base y el hilo conductor de todas las conversaciones. En Filipinas, se convierten en una regla que las mujeres embarazadas intentan aplicar con esmero. No hablar mal de los demás para no perjudicar el buen desarrollo del feto. Uno podría preguntarse en qué medida unas palabras negativas obstaculizarían el crecimiento del bebé por nacer. Pero se olvida que la ira, el rencor, el mal humor o la amargura pueden tener repercusiones muy reales sobre la mujer embarazada (aumento del estrés, por ejemplo) e impactar así en el bebé.

Salud
salud 
Sobre

Asaël Häzaq, editor web especializado en noticias políticas y socioeconómicas, observa y descifra las tendencias de la economía internacional. Con su experiencia como expatriada en Japón, ofrece consejos y análisis sobre la vida del expatriado: elección de visa, estudios, búsqueda de empleo, vida laboral, aprendizaje del idioma, descubrimiento del país. Titular de un Máster II en Derecho - Ciencia Política, también ha experimentado la vida como nómada digital.

Comentarios