
Pocos países organizan una reflexión profunda sobre el retorno de expatriación. El tema es menos tratado, quizás porque los expats regresan a casa. No se supone que deban experimentar dificultades de integración, puesto que ya están, en principio, integrados. En la práctica, se constata que una integración es muy a menudo necesaria. Lo es aún más para los niños nacidos en el extranjero.
Las dificultades del regreso de la expatriación: el ejemplo de los Koryoins
A diferencia de ti, tus hijos nacidos en el extranjero no viven un regreso de la expatriación, sino una primera «expatriación». Una «expatriación» en su propio país.
Este es el desafío de muchos niños que regresaron a Corea del Sur después de haber crecido en el extranjero. Su historia, compleja, suele olvidarse en los libros de texto escolares. Estos niños provienen de familias coreanas que emigraron a Rusia entre los siglos XIX y XX, antes de ser deportadas hacia antiguos países soviéticos (Uzbekistán, Kazajistán…). Obligadas a dejar de hablar coreano, estas familias fueron olvidando progresivamente su lengua materna.
Desde los años 2000 (y especialmente desde 2014), sus descendientes aprovechan una flexibilización de la política coreana para regresar con su familia (la reagrupación familiar está permitida desde 2014). Corea del Sur los llama «coreanos étnicos» o «koryoins». Coreanos que se enfrentan a la estigmatización y al rechazo, por falta de políticas de acogida que tengan en cuenta sus necesidades. Un rechazo aún más difícil de sobrellevar para los niños, que tienen dificultades para seguir las clases al no entender el coreano.
Integración después del regreso de la expatriación: lo que hay que tener en cuenta
Las dificultades de los niños surcoreanos que regresan o descubren su país son también las de otros niños que vuelven de la expatriación. Para preparar su integración y la tuya, haz un balance de tu situación:
- ¿El regreso de la expatriación debe ser inminente, o tienes tiempo para prepararlo?
- ¿Por qué razones regresas a tu país?
- ¿Qué edad tienen tus hijos? ¿Nacieron en el extranjero o en tu país de origen?
- ¿Hablas la lengua de tu país de origen? ¿Y tus hijos?
- En caso de que no la habléis: ¿podéis empezar a aprenderla antes de regresar a casa?
- ¿Tienes familiares o personas cercanas en tu país de origen?
- ¿Sabes en qué ciudad vivirás? ¿Ya tienes vivienda?
- ¿Sabes cómo se realizará la inscripción de tus hijos en el colegio? ¿Optarás por un colegio local o un colegio internacional?
- Durante tu expatriación, ¿ya has regresado a tu país con tus hijos?
- ¿Qué conocimiento tienes de tu país de origen? ¿Qué les has transmitido a tus hijos?
¿Cuál es la situación del país de origen?
Absortos en los preparativos de la partida, a menudo se olvida informarse sobre el país que va a «acogernos». Ciertamente se trata del país de origen, pero seguramente ha evolucionado. Muchos expatriados se desconectan progresivamente de la actualidad de su país, sobre todo cuando la expatriación se prolonga. Para preparar tu regreso, reconecta con las noticias de tu país. ¿Cómo ha evolucionado en el plano económico? ¿Cuál es su política migratoria? No eres un extranjero, pero compartes con ellos ciertos sentimientos. Numerosos expats confiesan haberse sentido extranjeros en su propio país, sin encontrar a nadie dispuesto a escuchar para explicar su situación. El regreso de la expatriación es una ruptura con el país de acogida, pero también con el país de origen tal y como se dejó. Los niños pueden sentir un desarraigo y sentirse desfasados con respecto a los otros niños. Prepárate y prepara a tus hijos poniéndoos progresivamente «a la hora del país de origen».
¿Tienes contactos allí?
Tu integración y la de tus hijos serán más sencillas si tienes buenos contactos allí (familiares o amigos). En ese caso, prepara tu regreso con ellos. La presencia de personas comprensivas es aún más importante para tus hijos. Nacidos en el extranjero, abandonan un entorno que conocen bien para encontrarse en un país desconocido. Relacionarse rápidamente con niños de su edad y estar acompañados por adultos les permite recuperar una estructura tranquilizadora. Recuerda que no han elegido nacer en el extranjero ni regresar a tu país.
Piensa en la preparación psicológica de tus hijos
Ten en cuenta el carácter y la edad de cada uno de tus hijos para prepararlos mejor psicológicamente. Su preparación irá mejor si se sienten motivados por el regreso de la expatriación. No olvides que solo conocen su futuro país a través de ti. Desde su punto de vista, no han «nacido en el extranjero», sino en su país. Asócialos al proyecto de regreso desde el principio. Involúcralos en función de su edad. Hazlos hablar sin forzarlos. ¿Cómo viven el proyecto de regreso? En el mejor de los casos, evita que lleguen al país de origen en plena mitad del año escolar. Es más difícil integrarse cuando los grupos ya están formados.
Integración de los niños: ¿qué colegio elegir?
¿Colegio local o internacional? Cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes. El colegio local permite acelerar la integración. Tus hijos se ponen al día rápidamente al frecuentar a otros locales. El colegio internacional les permite conservar el marco de aprendizaje en el que han evolucionado. Pero no estás solo en tu labor por la integración de tus hijos. El colegio también debe desempeñar su papel de acogida. Sin embargo, algunos colegios se ven rápidamente desbordados: clases inadecuadas a las necesidades de los alumnos nacidos en el extranjero, un número de profesores inferior al de los alumnos nacidos en el extranjero, etc. Al final, estos colegios, que se supone que favorecen la diversidad y los intercambios con los locales, mantienen las desigualdades y las dificultades de integración.
¿En qué ciudad establecerse?
¿En qué ciudad tienes pensado vivir? En algunos países, es imprescindible tener una dirección para inscribir a los hijos en el colegio. La elección del colegio está condicionada por el barrio de residencia. Cuidado, por tanto, con tu futuro lugar de residencia. ¿Ya tienes una promesa de contratación o un trabajo que te espera en el país de origen? Infórmate sobre tu futuro lugar de vida. ¿La ciudad está abierta a los extranjeros? Cierto, no eres extranjero, pero puedes sentirte como tal. Del mismo modo, los locales pueden devolverte esa imagen. La implicación del municipio en la acogida y la ayuda a los extranjeros (clases de idioma gratuitas, ayuda en la búsqueda de empleo, en la escolarización de los niños…) da una buena idea del ambiente en el que vivirás.
¿Hablas la lengua de tu país con tus hijos?
Como era de esperar, hablar un mínimo la lengua del país de origen facilitará tu integración. ¿Conoces la lengua de tu país? ¿Y tus hijos? En caso de carencias, programa clases antes de tu regreso de la expatriación. Continúalas a tu llegada al país. Intenta practicar la lengua en tus nuevos círculos de socialización: vecindario, empresa, colegio, administraciones, comercios, etc.
Ten en cuenta la importancia de la sensibilización
Este trabajo de sensibilización debe realizarse no solo de tu parte (reconectando con tu país), sino también del lado de tu ciudad. Algunos vecinos se apartan de sus compatriotas que han vivido en el extranjero. Los hijos de expatriados son marginados en el colegio. Los adultos quedan aislados en la empresa. Un trabajo continuo de sensibilización debería ser iniciado por el colegio, en el vecindario, a nivel del ayuntamiento, en la empresa. Las asociaciones de ayuda a extranjeros insisten, de hecho, en la importancia de estructuras de acogida eficaces y móviles (con intervenciones en los colegios y las empresas, por ejemplo). Para ellas, una de las claves de una integración exitosa es la implicación de ambas partes: el país que acoge y la persona que llega.



















