Países donde los uniformes son la norma
La lista de países donde se lleva uniforme es larga, mucho más larga que la de países donde no se lleva. Incluye Irlanda, Reino Unido, Chipre, Malta, Australia, Nueva Zelanda, Líbano, República del Congo, Sudáfrica, Japón, Corea del Sur, Camboya, Malasia, México, Filipinas, India, China, Singapur, Tailandia, Taiwán, Brasil, etc. Cabe señalar que países como Irlanda, Malasia, la República del Congo, Chipre y Japón han hecho obligatorio el uniforme escolar. Otros, como el Reino Unido, siguen la tradición, al igual que Canadá y Estados Unidos, donde los uniformes son más comunes en algunas escuelas públicas.
Incluso en Francia, donde los defensores y detractores del uniforme se enzarzan en debates interpuestos, el uniforme escolar es la norma. No olvidemos los territorios franceses de ultramar, donde el uniforme es la norma (Martinica, Guadalupe, Guayana Francesa y Nueva Caledonia). En la Francia metropolitana, se lleva uniforme en los establecimientos militares, en los centros de enseñanza de la Legión de Honor y en algunos centros de formación profesional.
Libertad para vestir informalmente
La crisis de 1968 puso fin al uso obligatorio del uniforme en Francia. Hasta entonces, el uniforme blanco encontraba resistencia en numerosos establecimientos públicos y privados. Desde entonces, la libertad ha prevalecido. Los uniformes se asocian a veces a periodos oscuros de la historia. Es el caso de Alemania, donde el uniforme, reminiscencia de las Juventudes Hitlerianas, desapareció a finales de los años ochenta. Sin embargo, está volviendo gradualmente en algunas escuelas. En Hungría y Bulgaria, el uniforme recuerda el periodo comunista. En España e Italia, las escuelas públicas optan por el uniforme. Podemos ver que existe una gran flexibilidad en Europa, ya que algunos centros (a menudo privados) optan por el uniforme y otros prefieren permitir que los alumnos elijan su propia vestimenta. Sin embargo, la segunda configuración prevalece sobre la primera.
¿Es el uniforme escolar un medio de integración social?
¿Deberían normalizarse los uniformes en las escuelas? La pregunta interesa, por supuesto, a las familias expatriadas con hijos. Según el Presidente francés, el uniforme debe unir a la gente y eliminar las desigualdades.
Ventajas del uniforme
La búsqueda de la igualdad entre los alumnos es una de las principales ventajas de llevar uniforme. Vestir de la misma manera ayuda a eliminar los comentarios despectivos sobre el estilo, el uso de ropa de marca, etc. Vestir de uniforme también refuerza la solidaridad entre los alumnos.
Los críticos señalan que los niños necesitan marcadores fuertes. Además, crecen formando parte de un grupo. Según ellos, los niños también buscan pertenecer a un grupo. Esta búsqueda de pertenencia es esencial y se observa también entre los adolescentes y los jóvenes adultos. También en este caso se espera que el uniforme reduzca las desigualdades. La apariencia neutra que inculca el uniforme fomentaría unas relaciones más profundas, el espíritu de equipo, la disciplina, la comunicación y el respeto. Los alumnos son más rápidamente conscientes de que pertenecen a una escuela y de que todos forman parte de ella. Llevar uniforme conlleva un mayor respeto por la propiedad pública y un mayor sentido de la responsabilidad.
Por último, ordenar la ropa ya no es un problema cuando se lleva uniforme escolar. El uniforme es práctico, permanece igual todo el año y está disponible en versiones de verano e invierno. Esto ahorra dinero y tiempo a todos.
Contras del uniforme
Los escépticos sostienen que, aunque los uniformes fomentan la cohesión social, no acaban con las desigualdades. Simplemente se expresan de forma diferente. En primer lugar, los escépticos señalan que los uniformes pueden resultar costosos para las familias. Puede haber subvenciones, pero no siempre tienen en cuenta el coste total del uniforme.
Además, un año es mucho tiempo. Unos pocos uniformes no siempre bastan para todo el curso escolar. Por falta de medios económicos, los hermanos menores llevan uniformes que ya no usan sus hermanos mayores. Aunque estos uniformes todavía se pueden llevar, también muestran desgaste. Los alumnos que llevan uniformes usados suelen sufrir acoso escolar y pueden ser tachados de "pobres", al igual que los alumnos que no llevan ropa de marca.
Otro inconveniente de llevar uniforme es que fomenta el sexismo. En Japón, por ejemplo, las organizaciones denuncian periódicamente la obligación de que las chicas lleven falda. Las faldas están muy extendidas en muchos países que han adoptado el uniforme. Además de ser poco prácticas para jugar en el patio y tener libertad de movimientos, las faldas reflejan una visión anticuada de las diferencias de género. En 2021, la India optó por un uniforme unisex. Los pantalones son ahora obligatorios tanto para las niñas como para los niños.
¿Qué pasa con la libertad de vestir?
¿Qué pasa con la libertad? En una época en que la ropa es mucho más que tela, los críticos señalan que es igual de importante que los niños mantengan su individualidad. La ropa es un medio sencillo y poderoso de expresar la propia identidad. Los niños pueden pertenecer a un grupo, pero son, ante todo, personas por derecho propio. Aún queda mucho camino por recorrer antes de que los críticos se pongan de acuerdo.
Algunos sugieren un enfoque diferente: sí al uniforme, pero sólo para promover la cultura del país. Es la opción adoptada por Ghana, que desde 2021 ha abandonado el uniforme heredado de la época colonial británica en favor de un uniforme que promueve la cultura africana. Algunas regiones de Nigeria ya han adoptado uniformes escolares que reflejan al 100% la cultura africana.
