Supongamos que te han contratado recientemente en el extranjero, o que te han ascendido, cambiado de departamento, cambiado de supervisor... Y que todo iba bien hasta el día en que empezaron a surgir tensiones entre tú y tu supervisor. Desde entonces, cada día traía su ración de disputas. O eso, o estallan sin previo aviso, a la vuelta de una reunión, o por algún malentendido o mala interpretación.