Soy Cristina, de Barcelona, adicta a las nuevas aventuras y especialmente a viajar. De vez en cuando me aparece un síndrome de abstinencia enorme que sólo se soluciona al subirme a un avión y cambiar de ciudad, aunque sea sólo por unos días. Después de apuntarme a las becas del ICEX, terminé como responsable informática en la oficina comercial de Almaty, en Kazajstán!
¿Es la primera vez que vives en el extranjero?
No, ésta es mi segunda vez, aunque la primera fue de Erasmus, en Gales, y la experiencia es totalmente distinta. La cultura no es tan diferente, el idioma lo conocía (el inglés claro, el galés… imposible!) y estaba a un tiro de piedra de casa. Y éramos muchísimos españoles. Además de la diferencia de estar estudiando a la de tener que ir cada día a la oficina!
¿Hace cuánto tiempo que te has ido? ¿Y por qué has decidido marcharte?
Llevo en Kazajstán desde octubre del 2011, aunque ya me queda poco para terminar mi estancia por aquí. Lo que me llevó a salir de España fue una necesidad imperiosa de vivir nuevas experiencias en el extranjero y cansancio de la vida monótona que llevaba en Barcelona. Así que me apunté a unas becas para trabajar fuera y me tocó, sin pedirlo, Almaty. Mi primera impresión fue… ¿y esto dónde está? Kazajstán es aún un país desconocido para muchos, y para mí entonces lo era. Gracias a mi blog espero acercarlo un poquito a la gente.
¿Cómo se pasó la adaptación?
La adaptación no fue difícil hasta que cayó la primera nevada (a finales de octubre). Yo soy de Barcelona (y bastante friolera, por cierto), donde si nieva un día al año se convierte en un evento y una novedad. Aquí he vivido más de 5 meses con dos palmos de nieve por todas partes, y después del primer “Qué bonito!”, vienen los resbalones en el hielo, los pies mojados… A parte de eso, la adaptación no fue difícil, especialmente por el gran grupo de expatriados que convivimos en la ciudad.
¿Cuáles son las principales diferencias con España, tu país de origen?
¡Hay unas cuántas! Así de buenas a primeras, destacaría…
- Cualquier coche es un taxi, y a un precio muy bajo. Te acercas a la carretera, levantas el brazo y pararán numerosos coches dispuestos a llevarte a donde quieras después de negociar el precio. Así que ni bus, ni metro… ¡Aquí vamos a todos lados en taxi! Incluidas las distancias muy cortas (especialmente en invierno). Hay algunos taxis oficiales, pero más bien pocos, y normalmente más caros.
- La policía no genera confianza ni protección. Si vas por la calle y te los cruzas, mejor cambiar de acera. Si no, corres el riesgo de que te paren, te pidan la documentación y en el peor de los casos te amenacen con llevarte con ellos (si no llevas pasaporte) y tengas que sobornarles pagándoles dinero.
- A pesar de que a primera vista las infraestructuras están en mucho peor estado que en España, si cae la nevada del siglo, la vida sigue (claro que paralizar una ciudad por nieve durante 5 meses al año… mal). Pero después de estar acostumbrada a Barcelona, donde si un día llueve mucho o ya si nieva, se paraliza la ciudad, atascos, los trenes no funcionan, los aviones no despegan… esto es una gran diferencia.
- A pesar de haber llegado a los -30 grados en invierno y que sí, en la calle hace un frío horrible, dentro de las casas, oficina, bares… hace muchísimo calor. Creo que en general he pasado menos frío este año que en un invierno normalito español con mínimas de 5 grados.
- El que tomen té a todas horas y en cualquier ocasión, especialmente durante las comidas.
- El no ser capaz de encontrar una lechuga a un precio asequible. Y no ser capaz de ver judías verdes por ninguna parte (entre otras legumbres).
- El que la gente no esté acostumbrada a tomar postre después de las comidas. En mi caso, especialmente si voy a un restaurante en España, siempre guardo un huequito de estómago para el postre. Aquí, como mucho, toman té.
- Que la planta baja en el ascensor corresponda al botón del 1, la primera planta al 2, y así sucesivamente.
- Que aunque la moneda oficial es el tenge, los alquileres se paguen en dólares –y en efectivo y en mano todos los meses al casero-.
- Que los semáforos se pongan en ámbar tanto si pasan del verde al rojo como del rojo al verde.
¿Cuál es tu mejor experiencia en Almaty / Kazajstán?
Supongo que la experiencia de estar viviendo en un país extranjero y tan poco conocido en sí, y la gente que he conocido.
Si tuviera que elegir una, contaría el día, recién llegada, en el que el dueño de una especie de pequeño bar al que vamos habitualmente, nos invitó, con su familia, a comer comida típica kazaja, a base de carne de caballo. Nos cocinó, nos ofreció bebida y nos presentó a su mujer y su familia.
¿Cuáles son las cosas que más te gustan de vivir en Almaty?
El cambio que sufre la ciudad de invierno a verano. Aunque el invierno sea largo, la ciudad y especialmente los parques, están preciosos. Y en verano hay un cambio radical, se llena de flores por todas partes y al ser una ciudad con muchos árboles está completamente verde.
Y poder ver las montañas enormes cada día de fondo también es bonito.
Por supuesto, de las cosas que más me gustan y me llevaré cuando marche será la gente que he conocido aquí.
¿Has tenido algún problema o dificultades durante tu experiencia (culturales, de idioma, de comprensión…)? Cuéntanoslas.
En ningún momento he tenido lo que se llame problema. Evidentemente, el ruso es difícil, y aunque lo estoy estudiando, en mi día a día no lo necesito para sobrevivir, puesto que en el trabajo hablamos todos en español. Y en la calle te puedes hacer entender de muchas formas.
¿Has echado de menos a tu país de origen, tu familia, tus amigos algunas veces? ¿En qué ocasión?
Siempre se echa de menos a la familia y amigos en varias ocasiones, especialmente en eventos importantes como las Navidades, los cumpleaños, cuando tienes alguna dificultad como cuando te pones enfermo, y en aquellos pequeños momentos felices que te gustaría compartir con ellos pero no están allí. Evidentemente, también en aquellos eventos importantes que pasan en tu círculo de amigos o familia en España y que no puedes compartir con ellos porque has decidido vivir tu experiencia en el extranjero.
¿Has viajado por los países vecinos desde que estás en Kazajistán o en otras regiones del país?
Sí, la verdad es que no me puedo quejar en viajes. Desde que llegué a Almaty he visitado Estambul (Turquía), Moscú (Rusia), Sri Lanka, Astaná (la capital de Kazajstán), Uzbekistán, Kiev (Ucrania), un poquito de India y Tbilisi (Georgia). No he podido estar muchos días en cada uno de los sitios, puesto que mis días de vacaciones no dan para más, pero ¡creo que he viajado más en un año que en mucho tiempo!
¿Cuándo has empezado a escribir tu blog? ¿Y por qué?
Siempre había querido escribir un blog, pero nunca había tenido nada interesante que contar… Así que en cuanto supe que me iba a Kazajstán decidí que ya tenía la excusa perfecta. Además era la forma perfecta para informar a amigos y familiares sobre mi vida en tierras kazajas y acercarme un poco a ellos a pesar de la gran distancia. Aún y así, no empecé el blog hasta después de casi un mes de llegar.
¿Tu blog te ha permitido crear nuevas amistades?
Aunque no he llegado a conocerlas en persona, sí que me ha escrito en alguna ocasión gente que no conozco, o para preguntarme cosas o para felicitarme por el blog. Especialmente recuerdo un comentario que me hizo mucha ilusión, en el que me escribía una chica kazaja, de Almaty, viviendo en España, a la que le hacía gracia leer historias sobre su tierra natal de boca (o manos) de una española.
¿Cuándo te registraste en https://www.expat.com? ¿Qué opinas de esta web?
En cuanto supe que me trasladaba por un año a Kazajstán empecé a buscar información y experiencias de otra gente, y encontré la página. Resultó útil pues hay gente que buscaba compañeros de piso, intercambios para hablar en ruso… Y ya estando aquí varias personas me han escrito para preguntarme información general de la ciudad, y hasta he conocido a alguna en persona. Creo que es una herramienta muy útil para los expats.
¿Qué consejo(s) puedes dar a los demás miembros que quieren instalarse en Almaty (o en Kazajstán)?
Les aconsejo que vengan con la mentalidad abierta, que aprovechen la oportunidad para aprender ruso y ¡que se compren el abrigo más calentito y grande que encuentren en el mercado! Que no se vayan sin probar los platos típicos (como el beshbarmak, a base de carne de caballo) y sin pasearse por sus calles llenas de flores en verano y de nieve en invierno.