Una venezolana en Irán, la historia de Vanessa

Entrevistas a expatriados
  • Teheran
    Shutterstock.com
Publicado el 2020-10-06 a las 12:09 por Javier Olivas Alguacil
Vanessa es Venezolana y decidió cambiar de país tras enamorarse. Se trasladó a Irán, de donde es su marido, y tras un tiempo allí regresó a su país natal. En la entrevista que nos ha concedido nos explica su experiencia en Medio Oriente, un periplo lleno de contrastes y aprendizaje personal. 

¿Cómo decidiste Irán como destino? 

Por amor, previamente ni siquiera sabía dónde se ubicaba Irán. Conocí a mi esposo cuando viajó a Venezuela por trabajo, su trabajo terminó y tuvo que volver, 6 meses después me llevó a Teherán.

¿Qué trámites tuviste que hacer para instalarte en Irán? 

Muchísimos, cada mes tenía que renovar la visa pues no permitían que nos casaramos en Irán, y mi embajada rehusaba facilitar el trámite. Debimos viajar a mi país de origen, casarnos allá y regresar a Irán para que me dejaran quedarme. Al casarte obtienes la ciudadanía por matrimonio de forma automática, legalmente no tiene base la conversión religiosa, pero en la práctica me hicieron convertirme al islam para aprobar mi matrimonio en el consulado. Después de eso puedes obtener el pasaporte y la carte melli (carnet de identidad). 

¿Fue fácil aprender el idioma? 

No fue fácil, tienes que aprender un nuevo alfabeto, escribir de derecha a izquierda, no escriben las vocales, así que es complejo leer una palabra con sólo consonantes y adivinar las vocales. Muchas consonantes tienen el mismo sonido lo que dificulta la escritura  y las vocales que se escriben pueden tener varios sonidos. 

¿Cómo era tu vida cotidiana?

Estar en casa, salir a hacer la compra, cocinar y limpiar y ver telenovelas turcas, absolutamente todas las responsabilidades del hogar corresponden a la mujer, y a los iraníes les encantan hacer reuniones en las casas con arak (la bebida alcohólica del mercado negro). Las visitas todos los fines de semana son buscadas y ansiadas, tu casa se convierte en el punto de encuentro o el club de turno, pues los únicos lugares donde las parejas que no viven juntas pueden pasar un momento es en la casa de alguien.

¿Cuáles son las actividades más populares allí?

Parrilladas en casa, viajar al norte del país con amigos y alquilar una posada o un hotel en el desierto. Pero siempre hay cierto riesgo sobre todo si la policía te encuentra bebidas alcohólicas.

¿Son acogedores los Iraníes?

Sí, son personas muy acogedoras. En Irán existe el Taarof, es un tipo de cortesía extrema, te ofrecen cosas porque es lo que la costumbre y la educación indica, por ejemplo si tú señalas un cuadro y dices que es muy lindo, te responden: ¿te gusta? ¡Llévatelo a tu casa! Mi suegra me ofrecía cosas y yo me las llevaba. Al final ella comprendió que conmigo no podía ser así porque yo no entendía el Taarof.

¿Qué es lo que más te sorprendió cuando llegaste a Irán? 

¡El clima! Yo pensé que iba a ver dunas y camellos. Me sorprendió una ciudad urbanizada y con climas bajo cero.

¿Qué es lo que más echabas de menos de tu país?

Las playas, irse los fines de semana a bañarse con tu familia, en Irán las playas del norte estan llenas de desperdicios, no hay cultura de conservación, las del sur de Irán son mejores pero son balnearios separados por sexo, no puedo ir a la playa a bañarme con mi hijo a menos que este cubierta con varias capas de ropa, y eso si la policia hace la vista gorda y me lo permite, las playas de Irán son para ver no para bañarse.

¿Qué te parece el estilo de vida iraní?

Tanto esfuerzo por mantener una buena apariencia de abundancia y lujo, tanto esfuerzo por complacer, tanto esfuerzo por ser el perfecto anfitrión, cuando ese esfuerzo viene del corazón es muy lindo, y muchas veces lo es, pero más que nada se enfoca en apariencias, incluso cuando te vas a casar, no sabes si la persona te está mostrando sus verdaderas intenciones o lo que es socialmente deseable de ver (la chicas aparentan ser mansas palomas y los chicos extremadamente caballeros), es un fenómeno social interesante para mí, pero les falta autenticidad.

¿Qué consejo le darías a aquellos que quieren mudarse a Irán? 

Piénselo, piénselo una, dos y tres veces. El amor no es suficiente para hacer un cambio tan grande, Irán no es un país para vivir a largo plazo, este no es un país donde quieres ver crecer a tus hijos. Si vienes de una cultura distinta aunque vengas con las mejores intenciones las restricciones terminan desgastando y puede afectar profundamente. Cásese en el extranjero bajo leyes extranjeras, que su esposo firme el permiso para que salga sola desde el principio (no puedes salir sin el permiso de tu esposo) y garantizar así su salida y la de sus hijos. Exija las pocas libertades que puede exigir, que son muy pocas, créame.

Comparte tu experiencia como expatriado

¿Quieres ser el próximo protagonista?

Participa