Queda tranquilo: mudarse al extranjero con adolescentes de manera pacífica y alegre es posible. Olvídate de todos los peores escenarios que involucran a "adolescentes rebeldes" y sigue esta guía. Aquí tienes algunos consejos prácticos para la preparación, entender sus necesidades en el país anfitrión y manejar las emociones para garantizar una organización sin problemas.
Anuncia claramente tu plan de mudarte al extranjero
No des rodeos; habla claramente sobre tus planes de expatriación con tu adolescente. Asegúrate de explicar bien tu proyecto. Al mantenerse vago, solo los asustarás. ¿Cómo los motivarás si no sabes a dónde vas? Sin embargo, no impongas un plan prefabricado ni los sorprendas con un "¡Adivina a dónde vamos mañana!" Tu adolescente querrá asegurarse de que tu plan sea sólido: tendrás un trabajo en el extranjero, un hogar y suficientes ingresos para mantener tu estilo de vida.
Programa discusiones regulares
Tras el anuncio, tu hijo podría sentir una mezcla de alegría (especialmente si viajan contigo con frecuencia) y preocupación. Esta ambivalencia puede durar un tiempo. Planea conversaciones regulares y sinceras. Toma el pulso desde el anuncio: ¿tu hijo tiene muchas preguntas o está preocupado? Permíteles expresar sus emociones. Si internalizan demasiado (especialmente si notas cambios preocupantes en su comportamiento), discútelo de manera neutral con ellos, sin juicios, solo con respeto y tolerancia. Busca ayuda profesional si la comunicación se vuelve difícil.
Descifra las emociones de tu adolescente
No es fácil ponerse en el lugar de otra persona, y el período adolescente es crucial. Ya no son niños pero aún no son adultos. Tu adolescente necesita más espacio pero también necesita tu presencia. Mudarse al extranjero puede ser estresante. No significa que estén en contra de la idea, pero podrían tener dificultades para integrarla en su vida diaria. En cambio, pueden sentirse "absorbidos" por este proyecto significativo. Comprende sus emociones para ayudarlos mejor. ¿Cómo suelen comunicarse? ¿Es tu adolescente extrovertido o introvertido? Encuentra formas y momentos para hablar. No improvises: muéstrales que priorizas tiempo para ellos.
Considera su mundo
Podrías pensar que la emoción del viaje superará los miedos de tu hijo. Ten cuidado de no trivializar sus actividades, pasiones y círculo social. ¿Crees que su vida diaria es menos importante que la tuya? Inconscientemente, los padres a veces incorporan la vida de sus hijos en la suya. Esto puede funcionar cuando el niño es pequeño, pero cuanto más crecen, más necesitan su espacio. Este espacio debe ser valorado y respetado. Tu proyecto de expatriación debería considerar la vida de tu adolescente: ¿están involucrados en un club de música, canto, deportes o alguna otra actividad? ¿Están saliendo con alguien? ¿Tienen mejores amigos? No subestimes el impacto de mudarse al extranjero en su vida diaria.
Involúcralos en la preparación
Tu adolescente es lo suficientemente mayor para entender el lado menos glamoroso de mudarse al extranjero: trámites administrativos, idas y vueltas a la embajada y tiempos de espera interminables. Mantén las partes más estresantes para ti y presenta esta fase de manera lúdica. Explica las diferencias entre los visados y haz que el proyecto sea tangible para ellos. Muéstrales opciones de vivienda en el país anfitrión, preséntales diversas escuelas y pide su opinión. Involúcralos y déjalos hacer sus maletas.
Escucha sus necesidades antes de la partida
Has anunciado la noticia a tu hijo y ahora ellos tienen que contarles a sus amigos. Ofrece tu ayuda. ¿Quieren una fiesta de despedida, y si es así, en casa o fuera? Ofrece asistencia sin imponerla. Dale tiempo a tu adolescente para procesar la situación. Para algunos, mudarse al extranjero puede sentirse como una forma de duelo: dejar su vida, incluso por unos años, puede ser difícil. Sus amigos serán un apoyo valioso, y sus palabras podrían llegar a tu adolescente donde las tuyas no lo han hecho.
Anticipa sus necesidades en el país anfitrión
¿Está tu adolescente actualmente involucrado en algún club (deportes, música, dibujo, teatro, etc.)? ¿Pueden unirse a uno en el país anfitrión? Habla con ellos sobre si quieren continuar con sus actividades o explorar nuevas. Pueden intentar equilibrar ambas cosas. Las actividades familiares brindan seguridad, y descubrir nuevas es una excelente manera de imaginar una nueva vida en el extranjero.
Presta atención a los primeros pasos de tu adolescente en el país anfitrión
Idealmente, organiza reuniones con los futuros maestros de tu hijo (secundaria, universidad), el director de la escuela o cualquier persona que pueda proporcionar información. ¿Cómo será recibido tu hijo? Esto es especialmente importante si llegas a mitad del año académico. Presta atención a sus primeras impresiones. ¿Qué piensan de la escuela? Del mismo modo, mira los clubes de ocio a los que podrían unirse. ¿Están haciendo amigos? Ponte en contacto con asociaciones de bienvenida para extranjeros (incluso antes de tu llegada).
¿Qué pasa con la barrera del idioma?
¿Habla tu adolescente el idioma del país anfitrión? ¿Y tú? Saber el idioma del país anfitrión es una ventaja significativa, lo que te permite irte con más confianza. Si necesitas aprender el idioma, comienza lo antes posible. Motiva a tu adolescente, pero ten en cuenta cualquier reluctancia. Podrían ver esto como un castigo: no solo los estás obligando a mudarse al extranjero, sino que también estás eligiendo un país donde no hablan el idioma.
¿Qué pasa si tu adolescente no quiere o no puede viajar?
La vida de un adolescente ya está bien establecida. No siempre es posible para ellos dejarlo todo atrás para seguir tus planes de mudarte al extranjero. Por ejemplo, si están siguiendo un programa de estudios deportivos o practicando intensamente una actividad, podrían no poder mantenerse al día con los horarios de competición viviendo lejos de su club. También es incierto si podrían unirse a un club similar en el extranjero.
Tu adolescente podría simplemente no querer venir. Considera esta posibilidad antes de anunciar la noticia. ¿Cómo reaccionarás si realmente no quieren seguirte? No te cierres, pero muestra comprensión. Encuentra una solución basada en su edad, educación y opciones disponibles. ¿Pueden vivir con familiares? ¿Quieren terminar el año académico y luego unirse a ti? ¿Prefieren completar su educación y unirse a ti solo durante las vacaciones de verano? Todo está sujeto a discusión. Es mejor quedarse que irse a regañadientes, tanto para el bienestar de tu adolescente como para el tuyo.