Los incentivos fiscales para expatriados parecen insuficientes
Luxemburgo lleva tiempo intentando resolver una crisis que preocupa mucho a escala nacional. En su presupuesto para 2023, el Gobierno modificó el régimen fiscal especial destinado a los profesionales altamente cualificados para que los expatriados de fuera de la Unión Europea (UE) puedan venir a trabajar a Luxemburgo. Según este régimen condicional, los futuros profesionales extranjeros podrán beneficiarse de una exención fiscal total o parcial en todo lo relacionado con su traslado a Luxemburgo. Esto incluye la mudanza, la vivienda, la escolarización y otros gastos en los que incurran para instalarse en su nuevo hogar. Sin embargo, sólo los expatriados con unos ingresos brutos anuales de 75.000 euros podrán acogerse a este beneficio fiscal. Anteriormente fijado en 100.000 euros anuales, este umbral ha sido rebajado por el Gobierno con el objetivo de llegar a más expatriados.
Pero no está claro si este cambio en la fiscalidad atraerá realmente a los extranjeros altamente cualificados. Los empresarios locales acogen la noticia con bastante frialdad, reconociendo que cualquier paso para atraer talento es bueno. Aun así, tienen serias dudas sobre la pertinencia de este incentivo fiscal. Muchos de ellos creen que esta medida sólo atraerá a extranjeros selectos, ya que la condición principal de ganar al menos 75.000 euros brutos al año sigue considerándose demasiado restrictiva. Aunque el Gobierno ha rebajado el umbral salarial para este incentivo fiscal concreto, los reclutadores locales siguen considerándolo demasiado elevado. Al mismo tiempo, la Fédération Entrepreneuriale Multisectorielle (Fedil) señaló que antes de 2021, el umbral estaba fijado en 50.000 euros anuales.
Los altos precios de la vivienda disuaden a los expatriados
Aunque los sueldos en Luxemburgo parecen ser más altos por término medio que en otros países europeos, el coste de la vida también es significativamente más alto. Sin embargo, a la inversa, el índice global de precios indica que la ciudad de Luxemburgo, que acoge a muchos expatriados, no es la más cara de Europa. En 2021 ocupaba el puesto 13, por detrás de Londres, París, Dublín y Oslo. De hecho, la vivienda sigue siendo uno de los gastos más importantes para los luxemburgueses.
La situación actual es tan mala que los profesionales del sector (de la construcción e inmobiliario) instan al Gobierno a tomar medidas. Según ellos, la construcción de viviendas podría caer un 40% este año si no se hace nada. Además, la crisis energética, el aumento del coste de las materias primas y la subida de los tipos de interés ejercen una presión adicional sobre un sector ya en crisis. Las viviendas disponibles en el mercado son demasiado caras y ya no encuentran compradores. Además, cada vez se construyen menos viviendas nuevas y los particulares también se quejan de los elevados alquileres. De ahí que muchas empresas opinen que resolver el problema de la vivienda es más urgente que resolver el problema fiscal. Los elevados salarios de los talentos extranjeros se esfuman en los alquileres, lo que hace que la vida en Luxemburgo sea mucho menos competitiva que en otros grandes países. De hecho, son bastante pesimistas y consideran que la situación empeora año tras año. De hecho, los profesionales de la construcción temen un impacto negativo en toda la economía luxemburguesa. Cabe señalar que, en 2021, el coste de la vivienda en Luxemburgo era un 87% superior a la media de los países de la UE.
Una aguda escasez de mano de obra
Hay una verdad indiscutible. Luxemburgo necesita urgentemente mano de obra. El martes 24 de enero, la Unión de Empresas Luxemburguesas (UEL) publicó su barómetro del empleo. Según la encuesta, el país necesitará contratar a 300.000 nuevos trabajadores de aquí a 2030. Banca, contabilidad, marketing, recursos humanos, hostelería, turismo, seguros y profesiones jurídicas son otros tantos sectores que requerirán recursos humanos. A finales de 2022, el 70% de los artesanos ya había experimentado una importante escasez de mano de obra cualificada. Según la Cámara de Comercio, es muy probable que esta escasez obstaculice el crecimiento económico del país.
La UEL señala tres factores que podrían explicar la dificultad del país para atraer talento extranjero. Entre ellos figuran la falta de flexibilidad, los niveles salariales y la casi inexistencia de perspectivas de desarrollo profesional. Las empresas coinciden con esta afirmación. Los empleados expresan cada vez más su necesidad de flexibilidad y anhelan el teletrabajo, por no hablar de la reorganización del trabajo y los horarios laborales. Hoy en día, los empleados quieren opinar sobre la organización de su trabajo, la definición de su puesto, la forma de realizar sus tareas y su lugar en la empresa. De hecho, la tendencia no ha decaído desde los tiempos del cierre patronal. Muy al contrario, los modelos de trabajo son cada vez más híbridos y, sin embargo, muchas empresas luxemburguesas parecen seguir apegadas a algún modelo anticuado. Además, debido a la complejidad de la contratación de talentos extranjeros, muchas empresas parecen obligadas a contratar a expatriados que ya se encuentran en el país.
Las dificultades de Luxemburgo no son algo nuevo. Algunos analistas hablan incluso de una preocupante "fuga de cerebros". El Ranking Mundial de Talentos del International Institute for Management Development 2022, que evalúa el atractivo de los países para los talentos extranjeros, sitúa a Luxemburgo en el 7º puesto, mientras que en 2021 y 2020 estaba entre los 3 primeros. No obstante, el Gobierno luxemburgués está decidido a frenar esta fuga de cerebros y retener a los profesionales cualificados. Aunque las empresas afirman estar dispuestas a avanzar y hacer todo lo posible para atraer talento extranjero, el año 2023 representa un importante reto estratégico para el gobierno luxemburgués.
Enlaces útiles:
Trabajar en Luxemburgo: ofertas de empleo en el sector público
