¿El trabajo a distancia desde el extranjero supone una presión adicional para las empresas?

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Publicado el 2022-07-19 a las 10:31 por Asaël Häzaq
El trabajo a distancia, que no era tan popular hace unos años, se ha extendido bastante desde la pandemia de Covid y los sucesivos cierres. Muchos países incluso tuvieron que hacerlo obligatorio debido a las restricciones sanitarias. En 2021, con la vacunación masiva y la flexibilización de los gestos de barrera, la mayoría de las empresas volvieron a abrir. Aun así, el trabajo a distancia se ha convertido en la nueva norma para muchos empleados. Algunos incluso están dispuestos a trabajar a distancia desde el extranjero, lo que añade presión a las operaciones y los costes de las empresas.

¿Qué sectores están más abiertos al trabajo a distancia desde el extranjero?

En 2021, Anywr, una agencia de contratación y movilidad profesional de talentos, encuestó a más de 500 empresas. El 86% de estas empresas confirman haber recibido solicitudes de sus empleados para trabajar a distancia desde el extranjero, y es interesante observar que la mayoría de ellas (74%) aceptaron estas solicitudes. Existe una fuerte necesidad entre los empleados de combinar la vida en el extranjero con el trabajo, para construir una nueva vida. El trabajo se convierte en parte de un modelo de vida que los empleados quieren construir con sus valores. 

Stéphanie Duclos, directora de RRHH de Anywr, se muestra optimista ante estos cambios: "Estar a favor del trabajo a distancia desde el extranjero y ponerlo en práctica permite a las empresas mantener su atractivo, especialmente para los perfiles poco frecuentes. Las empresas tienen la posibilidad de desarrollar sus equipos y crecer más". Jasmine Manet, fundadora de Vocation média, comparte la misma opinión. Según ella, el trabajo a distancia desde el extranjero está marcando una nueva tendencia.

En 2022, el World Trend Index (una encuesta realizada por Microsoft) llegó a conclusiones similares. Aunque es un reto en sí mismo, el trabajo a distancia desde el extranjero es una carga adicional para las empresas. Para las que ya tienen sucursales en distintos países, es una situación en la que todos ganan. Los propios empleados estaban dispuestos a trasladarse al extranjero. Lo mismo ocurre con las empresas de nueva creación y las estructuras que pretenden expandirse en el extranjero y/o que buscan desarrollar su mercado a nivel internacional. Hoy en día, la mayoría de las empresas del sector servicios se plantean el trabajo a distancia a escala mundial. Por ejemplo, Ilek, una startup ecológica, y Publicis, un grupo de comunicación, ofrecieron estancias de algunas semanas a dos meses en varios países (100 para Publicis). Para estos grupos era fundamental responder a las nuevas expectativas de sus empleados para un buen funcionamiento. Lo que estaba en juego era la oportunidad de abrirse o reforzar su posición a nivel mundial.

¿Cuáles son las limitaciones de trabajar a distancia desde el extranjero?

La posibilidad de trabajar a distancia en el extranjero depende de la legislación laboral del país en el que se trabaja. En Francia, por ejemplo, el trabajo a distancia está reconocido por ley, pero las condiciones no son las mismas a nivel internacional. Por lo tanto, es bastante incierto si los empleados pueden trabajar legalmente a distancia desde el extranjero y en qué condiciones. Para las empresas, la cuestión es mucho más compleja. Es imposible satisfacer las peticiones de los empleados sin evaluar las ventajas e inconvenientes de este tipo de acuerdos laborales. Las empresas deben definir primero un marco y discutir si los empleados pueden trabajar a distancia al 100% en el extranjero o sólo ocasionalmente. También es importante saber en qué países es factible.

Las empresas deben pensar, en primer lugar, en sus mercados objetivo. Es más probable que permitan a sus empleados trabajar a distancia en países en los que puedan hacer negocios. Aunque las proyecciones financieras pueden parecer buenas, todo esto tiene un coste. Cuando se trata de impuestos, las empresas deben ser capaces de encontrar la manera de evitarlos. Más que una simple petición de los empleados para trabajar a distancia, las empresas tienen que definir toda una estrategia de trabajo a distancia desde el extranjero.

Por eso, muchas empresas se oponen al trabajo a distancia desde el extranjero, sobre todo desde que se han reabierto la mayoría de las oficinas. Algunas empresas prefieren rediseñar el espacio de trabajo para ofrecer un mejor entorno a los empleados. Aunque entienden la necesidad de flexibilidad y libertad de sus empleados, muchas de ellas no están dispuestas a afrontar la carga adicional que supone que sus empleados trabajen a distancia desde el extranjero. En las pequeñas empresas locales, por ejemplo, la demanda de trabajo a distancia desde el extranjero es bastante baja. Lo mismo ocurre con las empresas medianas y las que sólo trabajan con determinados mercados extranjeros. Permitir el trabajo a distancia desde el extranjero supondría más costes que beneficios para estas empresas. A esto hay que añadir las experiencias de algunas empresas con empleados que trabajan a distancia desde el extranjero sin informar a su empleador.

El tamaño y el peso de la empresa, el sector en el que opera, la visión de futuro de la empresa, etc., son algunos de los factores que hay que tener en cuenta antes de dar ese paso, aunque las empresas parecen haber entendido las nuevas expectativas de sus empleados. El trabajo a distancia se ha convertido en la norma y va camino de convertirse en una nueva forma de organización del trabajo que las empresas de servicios podrían utilizar para atraer el talento global.