Ángela ha colaborado como voluntaria de las Naciones Unidas en la Unidad de protección de la infancia en Sudán del Sur, país que sufre las consecuencias de un conflicto civil armado. Su misión en el grupo de Malakal ha tendio como objetivos poner fin al abuso, la explotación, la trata y todas las formas de violencia y tortura contra los niños.
Su rutina de trabajo ha sido hacer un seguimiento de casos de violencia, participando en patrullas y visitando lugares de protección de civiles, donde los desplazados por el conflicto han buscado refugio en diferentes campamentos de la ONU. Su misión era sensibilizar sobre las graves violaciones perpetradas contra los niños en situaciones de conflicto armado.
Sobre el terreno desarrolló actividades para la capacitación, la concienciación, el compromiso y la promoción con las partes implicadas en el conflicto civil, intentado que los niños no fueran reclutados como soldados para ninguna de las facciones.
¿Cómo nació en ti el deseo de formar parte de misiones que velan por el bienestar de los demás?
Mis padres desde niña me enseñaron la importancia de estar al servicio de los demás y de ser incluyentes. Luego, en el ejercicio de mi profesión como psicóloga elegí acompañar a las víctimas del conflicto armado en diferentes regiones de Colombia, conociendo y aprendiendo más sobre los derechos humanos a nivel internacional, fue así como sentí el llamado para ir a África, nuestro origen, para aportar un poco desde la experiencia anterior, y luego aprender de ellos y ellas.
¿Qué consejo daría a las personas que quieren dedicarse a tareas similares a las que tú desarrollas?
Darse sin miedo, a pesar de los nervios, brindarse, ofrecerse uno mismo, tu experiencia personal, tu ser como persona.
¿Qué planes tienes para tu futuro?
Un break, continuando el trabajo personal, viajando y conociendo otras culturas, es algo que agradezco haber tenido la oportunidad, habiendo visitado hasta ahora 31 países. Brindar apoyo individual, incluso online, son tiempos de cambio y hay movimientos que nos desconciertan, pero lo que sí es importante es saberse apoyado y siempre acompañado. ¡Y me gustaría escribir!.
¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre? Háblanos de tus pasiones y pasatiempos.
Plantar, he desarrollado esa habilidad, aunque desde siempre amo el campo, el mar, la tierra, los árboles. Amo sembrar, se ha dado en el jardín en Malakal (Sudán del Sur) y se ha extendido a Colombia: tomates, moringa, menta, papaya, orégano, okra, entre otros. Además de caminar y correr, escribir, meditar.
¿Cuál es tu opinión sobre la situación en Colombia? ¿Y cuáles son a tu entender sus causas?
No puedo opinar con propiedad ya que he estado ajena a la situación durante los últimos años, sin embargo, considero que miles de colombianos y colombianas de cierta forma se acercaron a lo que otros miles vivían desde hace años por el conflicto armado, y que desconocían esa realidad, aun estando en el mismo país. Creo que es una oportunidad para trabajar en la solidaridad, en la inclusión, en el acceso a servicios y derechos para todas las personas, independientemente de edad, etnia, territorio, orientación sexual, religión.
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