El proceso de reconocimientos de derechos del colectivo LGTBI viene siendo muy desigual en los diferentes países del mundo. Si bien en algunos gozan de un estatus jurídico equiparable al del resto de la población, en otras regiones su orientación sexual sigue relegada a la clandestinidad, ilegalidad e incluso perseguida por la ley. En países como Canadá o España la legislación y la sociedad se han adaptado a la realidad, pero este no es el caso en muchos otros países, sobre todo de África y Medio Oriente.
Incluso en los países más igualitarios y con una legislación más sensible existen numerosas trabas en la progresión profesional para gay y lesbianas. El denominado techo de cristal, topes de promoción profesional o social hace de freno y bloquea sus opciones de ascensión. Los mecanismos de estos plafones suelen ser de naturaleza tácita y estructural por lo que son mucho más complicados de denunciar y desarticular, más aún cuando la ley aparentemente vela por todo lo contrario.
Un estudio publicado en la revista The International Journal of Human Resource Management ("Lesbian, gay, bisexual and transgender (LGBTI) expatriates: An intersectionality perspective.") pone de manifiesto en primer lugar que el colectivo LGBTI representa un sector creciente de la reserva mundial de talentos. También apunta que su condición de minoría puede ser percibida tanto como un factor incapacitador como facilitador en la expatriación. En este sentido los atributos singulares y la redes de socialización dotan a este grupo de unas características particulares.
Altamente cualificados y con mayor libertad de movimientos
En su artículo "Lesbian and gay expatriates use of social media to aid acculturation" Ruth McPhail destaca el hecho de que a menudo se trata de miembros de la sociedad altamente cualificados y con experiencia internacional. Su independencia jurídica y financiera puede proporcionarles una mayor facilidad en la movilidad internacional.
La autora también destaca el dinamismo de las redes sociales y de apoyo LGTBI. Asociaciones, eventos y encuentros funcionan muchas veces como catalizadores sociales y permiten a sus miembros encontrar apoyo y consejo para sus movimientos en el nuevo país que les acoge. La solidaridad que suele manifestarse entre miembros de minorías discriminadas actúa como elemento que sirve para cohesionar y empoderar a los individuos de estos grupos.
Sin embargo en muchos casos existen un techos corporativos, discriminación y estereotipos, a lo que se suma un limitado apoyo corporativo e institucional. La libertad de revelar su identidad puede ser limitada en muchos países y suponer problemas legales e incluso penales.
Una tendencia hacia el reconocimiento y la valoración
En otro artículo (“Lesbian and gay expatriation: Opportunities, barriers and challenges for global mobility”) Ruth McPhail apunta que los trabajadores LGTBI pueden disponer de más oportunidades en las misiones internacionales de lo que se pensaba anteriormente según algunas tendencias constatadas en el sector de los recursos humanos y la movilidad laboral global. Esto significa que muchas consultoras en contratación están empezando a poner sus ojos este grupo, para darse cuenta de que representan una gran filón para puestos en misiones en el extranjero.
La misma autora subraya el valioso papel en la contribución a los debates sobre la inclusión y el desarrollo de políticas no discriminatorias en el escenario empresarial mundial que este actor social viene desarrollando en las últimas décadas. En el horizonte se dibuja al menos una mayor visibilidad y valoración de los atributos intrínsecos del colectivo LGTBI.
