Jorge en Madrid: "Lo mejor es todo, solo me arrepiento de no haber venido antes"

Entrevistas a expatriados
  • Jorge en Madrid
Publicado el 2015-10-22 a las 00:00 por Expat.com team
Jorge, economista y residente en Madrid, es uno de nuestros colaboradores mejor valorados. Hijo de españoles, nació en Venezuela, país del que decidió partir en busca de sus orígenes. Según sus palabras, la decisión más acertada de su vida. En esta entrevista nos desgrana su trayectoria y nos alerta de los problemas de no preparar correctamente el proyecto de expatriación.

Preséntate. ¿De dónde eres? ¿Cuánto hace que vives en tu nuevo país? ¿Cómo te ganas la vida?

Nací en Caracas, Venezuela, en una familia de inmigrantes españoles, mis padres fueron a Venezuela como refugiados políticos, pues sus padres eran republicanos, cada uno por su lado, se conocieron y se casaron en Venezuela. Vine a España en Octubre de 2.001, soy Economista y siempre he trabajado como financiero.

¿Por qué decidiste cambiar de país?

Fue un momento coyuntural, siempre me gané muy bien la vida en Venezuela, estaba casado con una mujer venezolana, mis amigos eran mayoritariamente venezolanos, pero surgió que mi padre vino con el IMSERSO a España y se compró un piso en Málaga, estando allí se enfermó, me tocó venir a ayudarlo, coincidió con que estaba desempleado, ya estando aquí, tras 20 años sin haber venido, me gustó mucho España, en el avión de vuelta mi padre me dio las llaves de su piso y me dijo que le encantaría que viniera y lo estrenara, allí tomé la decisión de venirme. Me gustó de España todo, la historia me encanta y en España está en la calle, yo he estado en la sala del Monasterio de Guadalupe en la que la reina Isabel le dio sus joyas a Cristóbal Colón, en la iglesia en la que se casó Bolívar, en el Monasterio en el que está enterrado un Rey en cuyo imperio no se ponía el sol, en el palacio del Papa Luna, pero marcó mi decisión especialmente lo vinculado a la seguridad personal, a la tranquilidad de la gente paseando por la calle sin importar la hora, a los niños jugando en un parque con sus padres conversando distraídamente, en Caracas para salir de mi casa llevaba un día normal un revólver en la axila, una pistola en la cintura y otra en el tobillo, si salía de viaje por carretera cogía además mi escopeta recortada, no he tocado un arma desde que me vine, y ni pienso en eso.

¿Qué trámites y formalidades has tenido que hacer para instalarte?

Uf, desde homologar todos mis documentos, lo que tomó tres meses en Venezuela (pagando por habilitar), solicitar el subsidio a emigrantes retornados, que era una ayuda de €400 mensuales durante 18 meses, que daban a los españoles que volvíamos a España desde fueras de la UE, obtener el DNI, sacar una visa de reagrupación familiar para la que era mi esposa, inscribir a mi hijo en el colegio en un mes de Octubre.

¿Cómo fue tu instalación?

Pues vine con 6 maletas (éramos 3) y luego traje una mudanza -pequeña, de ropa y libros, sin muebles-, por carga aérea, en esa época había un precio especial para los retornados; de hecho, costó más la furgoneta para llevar mi mudanza del aeropuerto de Málaga al piso de Málaga, que lo que pagué a Iberia desde Caracas a Málaga.

¿Has tenido dificultades para adaptarte: la gastronomía, las costumbres, el clima...?

La verdad es que no, al vivir en una familia española, las comidas eran más o menos las mismas, aunque mi familia de Málaga aún recuerda que al llegar no me gustaba el jamón de bellota... Mi madre es catalana, sus costumbre también están asimiladas en mi familia, de modo que no significó un cambio profundo, salvo que la primera Navidad la pasamos en Barcelona y en esa época no se estilaba, ni se conseguían fuegos artificiales hoy hay tiendas que venden todo el año en muchas ciudades, ese fin de año lo sentimos un poco tristes, muy nostálgicos. En cuanto al clima, debo reconocer que significó una mejora para mí, pues soy una persona muy calurosa y me encanta el frío. Lo que es cierto, es que todos los que nos hemos venido pasamos un primer invierno malísimo, pillando cuanta gripe y catarro hay, pero eso es solo el primer invierno.

¿Lo que más te sorprendió?

El brutal importe de la retención de impuestos en tu nómina, eso en Venezuela no lo tomas en cuenta, negocias tu sueldo bruto, sacas cuentas, te gastas dos meses por adelantado y cuando llega el día de cobrar -en Venezuela se cobra cada 15 días, mientras que en España es un vez al mes- piensas que han cometido un error, en esa primera nómina me retuvieron el 44% del bruto. Me dolió en el alma, casi tanto como cuando llené el primer depósito de combustible.

¿Cómo has conseguido trabajo?

Mi primer trabajo lo conseguí en Infojobs, una gran suerte pues en el año 2.002 Internet no estaba masificado, era algo más bien novedosos como herramienta de búsqueda de empleo.

¿Cómo has encontrado un alojamiento?

Mi primer empleo me salió en Extremadura, tuve que alquilar en muy corto plazo, en plena burbuja, en ese momento recurrí al os servicios de una inmobiliaria.

¿Es fácil hacer nuevos amigos? ¿Algún consejo?

Es fácil si lo haces en el lugar correcto, y ese lugar no es el trabajo, tus compañeros de trabajo difícilmente evolucionarán en verdaderos amigos. Yo hice amistades que aún mantengo asistiendo a clases de sevillanas, un baile típico andaluz, es bueno apuntarse a actividades colectivas, la gente se conoce en la calle, caminando, bebiendo, saliendo de fiesta.

Venga mójate: lo mejor y lo peor.

Lo mejor es todo, solo me arrepiento de no haber venido antes, este es mi lugar, esta es la tierra de mis antepasados, estoy en el lugar al que pertenezco y aunque amo Venezuela -que conozco Estado a Estado y todas sus capitales una por una, y sus playas desde Macuro hasta el Cabo San Román, así como Canaima y La Gran Sabana-, ya soy de España, a pesar de que mantengo mucho de mi acento venezolano, a pesar de que tengo mucha idiosincrasia venezolana, es verdad que ya no me planteo regresar, y así como mi padre, que murió en Venezuela, en algún momento renunció a su Málaga, así he renunciado yo a Caracas.

Un prejuicio que resultó totalmente equivocado.

Muchos, en España -como debería ser en el mundo entero- todo trabajo es digno, mientras que en Venezuela se ve por encima del hombro a un barrendero, en España eso no sucede. Las "cachifas" ganan mucho dinero. En España las clases sociales se marcan por el dinero y las propiedades, no por la forma de hablar, es fácil equivocarse con esto, especialmente al principio, cuando no sabes distinguir los acentos locales. Hay que dejar la arrogancia en Venezuela, las personas que te atienden en un comercio no son tus sirvientes, es mejor ser más humilde.

¿Qué es lo que echas más de menos de tu país?

Definitivamente el baile, en España, si no vas a un local latino, no se baila, ni siquiera en bodas o celebraciones familiares.

¿Cómo es tu vida cotidiana?

En esencia la misma que tenía en Venezuela, trabajar de lunes a viernes y divertirme los fines de semana.

¿Qué haces en tu tiempo libre? ¿Cuáles son las actividades más populares allí?

En España hay de todo y para todos, como los que venimos de Venezuela estamos siempre con miedo a la delincuencia, recomiendo actividades al aire libre, como ciclismo, senderismo, montañismo, aquí no va a venir nadie de noche a tu tienda de campaña a asaltarte, los primeros años me la pasaba en el monte. Una cosa que sorprende es que aquí la gente, si va a practicar un deporte gasta dinero en equipación, mientras que en Venezuela si ibas a montar en bicicleta, lo que necesitabas era una bicicleta, aquí los ves con una bici de 6.000€, zapatos con clips al pedal, pantalón de licra acolchado, camiseta de ciclismo con bolsillos posteriores y tela antisudoración, mochila con "camel pack", gafas especiales "bike design" y casco aerodinámico, eso cuando no van de uniforme por pertenecer una peña ciclista; pues así para cualquier deporte, incluso en el gimnasio.

¿Qué consejo le darías a aquellos que quieren instalarse allí?

Yo pienso que hay que venir con la "decisión irrevocable" tomada. Mi padre decía que yo había quemado mis naves, en alusión a que había vendido todo, no había dejado nada material en Venezuela, y que eso me empujaba a luchar y permanecer. De cualquier forma, siempre recomiendo venir con papeles, he visto a una paisana, farmaceuta de profesión, limpiar escaleras en Barcelona. He visto al que siempre consideré como el mejor barman de exhibición de Caracas, de taxista nocturno en Madrid. He visto abogados venezolanos traficando en Málaga. Y ha visto multitud de anuncios de "servicios personales" de señoritas venezolanas en Madrid. Creo sinceramente que todos ellos estaban arrepentidos de haber venido, por haber venido mal, sin permisos, sin documentación, sin autorización para trabajar. No se regresaban porque les daba vergüenza reconocer su fracaso.

¿Con qué frecuencia te ves o comunicas con tu familia? ¿Qué medios de comunicación utilizas?

No suelo llamarlos más allá de fechas señaladas, también es verdad que alguna de mis dos hermanas y su familia viene a España una vez al año.

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