Con el nuevo sistema de inmigración por puntos, el Reino Unido se liberó de los grilletes europeos y recuperó el control de sus fronteras y de su política migratoria. Al menos, este es uno de los pilares de la campaña pro-Brexit. Pero el trágico hundimiento de un barco el 24 de noviembre frente a Calais es un recordatorio de que el Reino Unido es un jugador solitario cuando se trata de controlar sus fronteras. Entonces, ¿cuál es el impacto real de la nueva política de inmigración británica?
La nueva inmigración en el Reino Unido
El 24 de noviembre, el Instituto de Estrategia Urbana de la Fundación Mori Memorial publicó su Índice de Poder de las Ciudades Globales (GCPI), que clasifica las ciudades más poderosas del mundo. Algunos de los factores considerados fueron la economía, la accesibilidad (transporte), la calidad de vida, el medio ambiente, la cultura y las interacciones sociales, la I+D. En 2021, Londres ocupa el primer puesto por décimo año consecutivo, por delante de Nueva York y Tokio. Sin embargo, la capital británica ha perdido su atractivo, principalmente a causa de Covid-19, según el GCPI. Otros estudios destacan los efectos nocivos del Brexit. Por ejemplo, la Oficina de Estadísticas Nacionales del Reino Unido (ONS) señala un importante descenso de la inmigración en 2020, tras el Brexit y la pandemia. Se calcula que unos 100.000 extranjeros abandonarán el Reino Unido sólo entre marzo y junio de 2020.
Pero el Gobierno británico insiste en que todo va bien. Las cifras oficiales señalan que el 61% de los visados emitidos en 2021 fueron de trabajadores cualificados. Es el aumento más significativo en comparación con otros visados. El Gobierno parece convencido del éxito de su nueva política migratoria. Según el ministro de Inmigración, Kevin Foster, el sistema de inmigración por puntos anima a los empresarios a centrarse en la mano de obra británica y en sus competencias, que contribuyen al crecimiento económico de forma significativa. Aunque el ministro reconoce la necesidad de mano de obra extranjera, sobre todo en áreas específicas, cree que el sistema de puntos regula mejor la contratación de talentos internacionales. En definitiva, cualquier persona que desee contribuir a la economía y la sociedad británicas será bienvenida, ya que su selección se basará en sus habilidades y su talento, no en su origen. Hasta ahora, la economía británica se está recuperando, a pesar de la difusión de la nueva variante de Omicron.
La verdad sobre el sistema de inmigración por puntos
Para Ian Wright, presidente de la Federación de Alimentos y Bebidas, la situación es alarmante. Señala que los sectores agrícola y agroalimentario están en crisis desde el Brexit. Según él, la pandemia de Covid-19 no ha hecho más que enmascarar lo mucho que el país depende de la mano de obra extranjera en determinados ámbitos. En efecto, la "mano de obra cualificada" no solo se refiere a analistas de datos, especialistas en finanzas, community managers y otras profesiones similares. En el Reino Unido escasean los trabajadores cualificados, incluidos los transportistas, repartidores y temporeros. Las estanterías vacías de los supermercados y las cosechas que se pudren en los campos por la escasez de mano de obra lo dicen todo. En septiembre, Wright ya advirtió que las cosas podrían empeorar. "Atrás quedaron los días en que los consumidores británicos podían encontrar casi todo lo que querían".
La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR) prevé un efecto perverso del Brexit a largo plazo. Richard Hughes, presidente de la OBR, advierte que el impacto podría ser más importante que el de la pandemia. Según él, cabe esperar un descenso del PIB del 4% a largo plazo, mientras que la pandemia sólo lo reduciría en un 2%. La llegada de nuevos trabajadores extranjeros cualificados sólo enmascara una situación tensa a largo plazo. Trasladarse al Reino Unido es hoy más complicado. El Brexit tiene un impacto, no sólo en la inmigración, sino también en la economía y en la vida de británicos y extranjeros.
A corto plazo, ya se notan algunos efectos. El crecimiento vuelve a disminuir (5,5% en el segundo trimestre, 1,3% en el tercero) debido a la pandemia y a las restricciones actuales. La inmigración ha vuelto a ser un tema sensible, con el triple de llegadas clandestinas en 2021. Los pro-Brexit han hecho campaña para reanudar el control de las fronteras una vez que el país salga de la UE, pero eso es imposible, con los acuerdos de la Touquet. Firmados en 2003, tras la crisis del "campo de Sangatte", estos acuerdos preveían que las autoridades británicas y francesas cooperaran para reforzar el control de las fronteras. En resumen, tanto Francia como el Reino Unido británico pueden controlar el territorio del otro. La reciente tragedia, en la que murieron 27 personas, aún está fresca en la mente de los británicos.
La oposición no ha dejado de señalar al gobierno de Johnson y sus políticas de inmigración. Pero una cosa es segura: el Brexit hace más difícil que se respeten los acuerdos binacionales. La cuestión migratoria alimenta los debates. El gobierno sigue destacando los resultados de las nuevas políticas de inmigración, convencido de atraer talento extranjero en 2022. Sin embargo, algunos señalan que el talento extranjero también puede encontrarse en esas "pequeñas embarcaciones clandestinas" atrapadas entre el rechazo del gobierno y las negociaciones de los contrabandistas.
