El clima: “ese pequeño detalle” que puede marcar la diferencia en tu vida en el extranjero

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Publicado el 2021-08-04 a las 12:12 por Asaël Häzaq
Cada año, muchas páginas web hacen un ranking de los destinos más atractivos para expatriados, teniendo en cuenta factores como el dinamismo económico, la calidad de vida, el sistema sanitario, etc. El clima es algo que la gente no suele tener tan cuenta antes de mudarse al extranjero. ¿Las últimas catástrofes naturales cambiarán esta percepción?

El impacto de las catástrofes naturales en los destinos populares para expatriados

Taiwán, Australia y Canadá están en el top 10 de los mejores países para los expatriados en 2021 gracias a su atractivo económico, perspectivas de carrera y calidad de vida. Estos países ya eran muy populares entre los expatriados antes de la pandemia de Covid-19. Sin embargo, estos países se están enfrentando últimamente a catástrofes naturales sin precedentes.

Canadá se enfrenta ahora a terribles incendios tras una ola de calor extrema en julio, con temperaturas que superaron localmente los 50 °C. En Australia, los incendios provocaron más de 30 muertes en 2019 y 2020. Casi tres cuartas partes de la población se vieron afectadas directa o indirectamente, más de mil millones de animales murieron y más de 10 millones de hectáreas de tierra fueron arrasadas. El país sigue sufriendo esta tragedia, y los expatriados en Australia tampoco se han librado. Los científicos consideran unánimemente que los violentos incendios y la intensidad de la ola de calor en Australia son consecuencia del calentamiento global. La situación es igualmente alarmante en Canadá, Estados Unidos, Rusia, India, España, Pakistán y la región del Magreb, donde el calentamiento global ha provocado olas de calor extremas.

Sin embargo, el clima no parece ser una prioridad para las personas que planean un traslado internacional. Aun así, muchos expatriados han mostrado su preocupación por este tema en los últimos años, especialmente los viajeros. Según el Ministerio francés de Transición Ecológica, en 2018, el transporte representó una cuarta parte de las emisiones de CO2 a nivel mundial (la mayor parte de las emisiones -el 41%- provienen de la electricidad). Los viajes en avión representan alrededor del 3% de las emisiones de CO2, según la Agencia Francesa de Transición Ecológica. Pero para la Red de Acción por el Clima, más pesimista, el transporte aéreo representa el 5% de las emisiones de CO2.

Grandes catástrofes naturales

En enero de 2020, dos islas de Sumatra, una provincia indonesia, quedaron sumergidas por el agua. Otras cuatro están amenazadas, incluida Salah Namo, una isla habitada. Se considera que el calentamiento global y la actividad humana son las principales razones de este desastre natural. Lo mismo ocurre en Kenia, donde la subida de las aguas del lago Baringo (febrero de 2021) amenaza todo un ecosistema. En todo el mundo, y en los últimos años, las poblaciones se han visto desplazadas y el número de refugiados climáticos ha aumentado. En Venecia, los científicos están preocupados porque los turistas sólo ven la belleza ilusoria del momento. El pasado mes de junio, la famosa plaza de San Marcos se inundó durante la marea alta llamada "acqua alta", pero este fenómeno no suele ocurrir en verano. Así que para los investigadores está claro que el cambio climático se ha convertido en una emergencia.

La subida del nivel del agua, la pérdida de territorio, los incendios, etc., hacen que se acumulen las pérdidas humanas y financieras. Los supervivientes del clima no se recuperan realmente de estas tragedias. A veces, se convierten en refugiados en su propio país y sufren directamente las consecuencias del calentamiento global. Europa tampoco se ha librado. Recientemente se han registrado inundaciones mortales en Alemania, Bélgica y el noreste de Francia.

China e India también están sufriendo inundaciones. La provincia nororiental china de Henan (donde se encuentra la ciudad prefectural de Zhengzhou) ha sufrido recientemente una de sus inundaciones más mortíferas. La cifra oficial de muertos es de 51, pero se sospecha que hizo muchas más víctimas. La India está atravesando un duro periodo con ciclones, olas de calor, el desprendimiento de un glaciar en el Himalaya (con al menos 18 muertos y 200 personas dadas por desaparecidas), inundaciones, corrimientos de tierra (el jueves pasado se informó de la muerte de al menos 127 personas). Todas estas catástrofes naturales son consecuencia del calentamiento global, algo que los expatriados y futuros expatriados deben tener en cuenta a medida que aumenta su escala y frecuencia.

Un nuevo reto para la deslocalización internacional

¿Es probable que estas catástrofes naturales repercutan en las deslocalizaciones internacionales? A lo largo de los años, esta es una cuestión que los investigadores han debatido. Por lo general, la gente opta por trasladarse al extranjero en busca de una vida, para cumplir un sueño, y con la esperanza de que los días sean mejores. Pero, ¿se puede esperar realmente un cambio cuando se contribuye directa o indirectamente a estas catástrofes naturales?

Los países del sudeste asiático, como Taiwán, Singapur, Malasia y Tailandia, y los del este (Corea del Sur, Japón) suelen figurar entre los destinos más populares para los expatriados. Taiwán, por ejemplo, es un país atractivo que, sin embargo, sufre regularmente terremotos. La mayoría de la gente tiende a relacionar Japón con los terremotos, olvidando que Taiwán también está en una zona sísmica activa. El último terremoto, de magnitud 6,2, sacudió la isla en diciembre de 2020. En 2019, se registraron al menos dos grandes terremotos de magnitud 6,1 (abril) y 5,9 (agosto) en Taiwán. Oficialmente, diez personas resultaron heridas (terremoto de abril), una persona murió (terremoto de agosto) y unos 10.000 hogares se quedaron sin electricidad, por no hablar de otros daños materiales. Un escenario similar ocurrió en febrero y octubre de 2018, con dos terremotos que causaron la muerte de 17 personas (febrero). Sin embargo, Japón es uno de los pocos países que han podido preservar su economía, incluso durante la pandemia. A pesar de haber alcanzado su punto máximo en 2020, la forma en que afrontó la crisis sanitaria mundial está siendo elogiada en todo el mundo. La reciente oleada no ha hecho más que impulsar la campaña de vacunación contra el COVID-19, que parece bastante tranquilizadora para la población local e internacional.

¿Influyen las catástrofes naturales ocurridas en estos países y, en general, las alertas científicas, en las decisiones de los expatriados?

Con el paso de los años, la gente es cada vez más consciente de los peligros del cambio climático, aunque todavía se esperan acciones. La crisis de Covid-19 parece haber frenado las ambiciones políticas, dada la urgencia económica. Pero los expatriados, sobre todo los que viajan mucho, tienen un papel crucial que desempeñar, ya que también influyen en su entorno inmediato.

A menudo, cuando se habla de clima, acaban por venir a nuestra mente las catástrofes naturales, y no tenemos en cuenta su importancia en nuestra vida cotidiana. Sin embargo, el cambio climático tiene un impacto significativo en la deslocalización internacional. En Japón, por ejemplo, los veranos son calurosos y húmedos. En Tokio, el aire se vuelve rápidamente sofocante, más aún para los expatriados y sus familias, que están menos acostumbrados a este tipo de ambiente que los japoneses. Los veranos calurosos, los inviernos duros, la poca luz, las frecuentes lluvias, etc., pueden afectar al estado de ánimo de un expatriado, así que piénsatelo dos veces antes de mudarte. Las cosas pueden empeorar para los expatriados dependientes, que a menudo no tienen la posibilidad de elegir, por lo que suelen tener más dificultades para adaptarse a su nuevo entorno.

Según muchos informes, la gente es cada vez más consciente de su propio impacto en el medio ambiente. Algunos ya están cambiando sus planes de viaje por opciones de transporte menos contaminantes, aunque les lleve más tiempo. Otros están optando por las videoconferencias en lugar de los largos viajes de negocios desde el comienzo de la crisis de Covid-19. Sin embargo, aún no se ha medido del todo el impacto medioambiental de la contaminación digital. Y otros siguen volando, aunque el mundo muestra más preocupación a través de proyectos "verdes" para todos los gustos.