La inflación es la tasa de aumento de los precios. Si el precio de una botella de leche es de 1€, y sube 5€, la inflación de la leche es del 5%. Los expatriados pueden no notar las subidas de precios de un mes a otro. Pero en este momento, los precios suben tan rápido que el dinero que ganan no llega a tanto. La tasa de inflación anual de la zona euro fue del 5,0% en diciembre de 2021, frente al 4,9% de noviembre. Un año antes, la tasa era del -0,3%, según Eurostat, comisión de estadísticas de la UE. Las tasas de inflación anual más elevadas fueron las de Estonia (12,0%), Lituania (10,7%) y Polonia (8%), mientras que las más bajas se registraron en Malta (2,6%), Portugal (2,8%) y Finlandia (3,2%).
Facturas de electricidad
En España, la factura de la luz ha aumentado un 62,8% en 2021, más que en 2020. Antes de la pandemia, la mayor variación anual fue en 2017, con un 26,2%. Así, España es el quinto país de la Unión Europea (UE) con el precio de la electricidad más alto. Alex Mitchel, un expatriado francés que vive en Madrid con su novia en un pequeño piso, pagó 200 libras por la electricidad el pasado mes de noviembre, una cifra que no estaba acostumbrado a pagar ni siquiera cuando vivía en París, donde compartía piso con sus compañeros. "Nos sorprendimos al recibir la factura, no estamos mucho tiempo en el piso y sólo tenemos una calefacción". Esta realidad en España la confirma Eurostat, la Oficina Europea de Estadística, a través de su informe sobre consumidores domésticos, es decir, aquellos que tienen un consumo de entre 2.500 kWh y 5.000 kWh al año. En el primer semestre de 2021, los expatriados en España han pagado 0,2323 euros por kWh (con los impuestos ya incluidos). Una cantidad que está por encima de la media de la UE, que es de 0,2192 euros por kWh. Por delante de España, los territorios con la factura eléctrica más alta durante la pandemia han sido Alemania (0,3193 euros por kWh), Dinamarca (0,29 euros por kWh), Bélgica (0,2702 euros por kWh) e Irlanda (0,2555 euros por kWh).
Alimentos
Los tipos de interés también afectan a los precios de los alimentos. Durante la pandemia del Coronavirus, la organización benéfica The Trussell Trust, cuyo objetivo es acabar con el uso de los bancos de alimentos, informó de que el número de familias que necesitaban ayuda de los bancos de alimentos aumentó un 11%. Se ha informado de que el 21,1% de la población del Reino Unido vive ahora en la pobreza, ya que su inflación aumentó al 5,4% el año pasado. En EE.UU., los datos de la Oficina del Censo de EE.UU. revelaron que 19,3 millones de hogares no recibieron suficientes alimentos en mayo del año pasado, frente a los 8,5 millones de 2019. El índice de precios al consumo, que registra lo que los consumidores pagan por los bienes y servicios en EEUU, alcanzó el 7% en diciembre, marcando su ritmo más rápido desde 1982. Entre los artículos más afectados están las carnes, las aves de corral, el pescado y los huevos. Estos precios subieron un 12,5% en el último año, ya que los distribuidores y minoristas de alimentos tienen problemas con las interrupciones de la cadena de suministro y el aumento de los costes laborales. El año pasado, el precio de los menús de los restaurantes de comida rápida en Estados Unidos aumentó un 8%, su mayor salto en más de 20 años, según datos del gobierno. Sin embargo, según este informe, estos artículos han experimentado algunas de las mayores subidas en los últimos 12 meses:
- Frutas y verduras: aumento del 5%.
- Electricidad: aumento del 6,3%.
- Muebles y ropa de cama: 13,8% de aumento
- Vestidos de mujer: 8% de aumento
- Joyas y relojes: 7,2% de aumento
- Alquiler de viviendas principales: 3,3% de aumento
Países con mayor inflación durante la pandemia
Los tipos de interés aumentan en todo el mundo, pero los países pobres pasan por una dura prueba, ya que los reembolsos a los acreedores se sitúan en el nivel más alto de las dos últimas décadas, según la Campaña Jubileo de la Deuda. Algunos países en crisis financiera se han endeudado en dólares estadounidenses, exponiéndose al doble riesgo de un mayor coste de los préstamos y un debilitamiento de sus monedas, como está ocurriendo en Venezuela, que marcó una tasa de inflación del 686,4% en 2021, la más alta del mundo. En segundo lugar, se encuentra Zimbabue, con una tasa de inflación del 676%. En tercer lugar se encuentra Sudán, con una tasa de inflación del 71,40%, que afecta drásticamente a los alimentos y las bebidas. La tasa de inflación de Argentina en 2021 fue del 50,9%, también una de las más altas del mundo.
El G20 creó un nuevo esquema de amortización de la deuda a finales de 2020, llamado Marco Común, que obligaba a los países a negociar las condiciones con los acreedores soberanos bilaterales y con el Fondo Monetario Internacional para conseguir el mismo acuerdo con los acreedores privados. Hasta ahora, a ninguno de los países que se han acogido al Marco Común se les ha cancelado la deuda.
Como en muchos países, el coste de la vida en Tailandia ha ido subiendo, y muchos alimentos se han encarecido. La inflación sobre los huevos y la carne está aumentando debido a la peste porcina africana (PPA). Mientras que la comunidad local pobre y los expatriados lo sienten, los ricos de Bangkok probablemente no se vean afectados por el aumento de los costes. Dwight Turner, director de Courageous Kitchen, un expatriado estadounidense que vive en Tailandia, está luchando contra la inflación que supone el aumento de los precios de la carne. "Si sólo leyeras Twitter, pensarías que la inflación es un ataque localizado y personal contra los expatriados en Tailandia específicamente", comenta y critica el hecho de que los ricos del país no sientan realmente la subida de precios.
¿Cómo pueden los expatriados hacer frente a la inflación?
Planificar los viajes a la tienda de comestibles y hacer sustitutos inteligentes son sólo un par de estrategias para ayudar con el aumento de los precios.
Cocinar en casa
Los expatriados deben empezar a hacerse una idea de los artículos habituales que les gustan y hacer viajes a la tienda de comestibles, siendo menos propensos a malgastar el dinero en productos que no van a utilizar. En general, intentar cocinar en casa es un paso más acertado para navegar por este periodo inflacionista, ya que comer fuera es más caro de lo habitual.
Planificar con antelación
Aunque parezca obvio, la planificación de la compra es más importante que nunca durante esta crisis inflacionista, y puede marcar la diferencia entre no salirse del presupuesto o hacerlo saltar por los aires. Los expatriados deben planificar las comidas de la semana y saber si lo que necesitan es de temporada o no, por ejemplo. Otra parte crucial de la planificación de la compra de alimentos es comprobar las rebajas de las tiendas antes del viaje.
Sustituir marcas e ingredientes
La sustitución es el consejo clásico, pero también puede requerir cierta planificación previa a la compra. Por ejemplo, dado que las carnes son más caras en estos momentos, puede ser útil utilizar la mitad de la cantidad habitual de carne picada al hacer las recetas y compensar utilizando lentejas u otras legumbres.
Poner el congelador a trabajar
Hay que pensar en comprar alimentos que puedan guardarse en el congelador. Esto incluye verduras mixtas y artículos congelados, arroz seco y productos enlatados como judías y tomates, que pueden utilizarse en una gran variedad de platos y no están tan sujetos a la inflación como los productos frescos.
