A medida que decidas regresar, necesitarás considerar cómo esto afectará tu situación financiera. Hay varias cosas a tener en cuenta:
- ¿Cómo es tu situación financiera actual? ¿Tienes ahorros? ¿Deudas? ¿Qué hay de los activos en tu país de origen y en el país anfitrión?
- ¿Cómo cambiará tu situación financiera cuando regreses a casa? ¿Tendrás más o menos gastos?
- ¿Cuál sería la mejor manera de reintegrarte financieramente en tu vida en casa? ¿Tienes un plan en marcha?
Evalúa tus finanzas
Lo primero que necesitarás hacer antes de planificar tu regreso es examinar tus finanzas de manera realista. Revisa tus cuentas bancarias, fondos de jubilación, inversiones y cualquier propiedad inmobiliaria u otros activos que puedas tener en el país o en el extranjero. Esto te dará una visión clara de tu situación financiera y de cómo puedes avanzar.
Considera cómo cambiará tu situación financiera
Luego, considera cómo cambiarán tus finanzas después de que te mudes de regreso. Lo más probable es que enfrentes un nivel diferente de ingresos y gastos. Por ejemplo, si una empresa en tu país de origen te reubicó en el extranjero, es posible que te hayan ofrecido un aumento salarial y que la empresa haya cubierto algunos de tus gastos de vida en el extranjero. Volver a trabajar en tu país de origen probablemente significará que tendrás que gestionar tus gastos por tu cuenta.
Otra cosa a tener en cuenta es la diferencia en el costo de vida. Investiga los costos de vivienda, atención médica, transporte e incluso necesidades diarias como comestibles. ¿Seguirás necesitando alquilar alojamiento cuando regreses? ¿Qué pasa con un coche o el transporte público? ¿Son todos estos costos comparables o hay diferencias significativas que afectarán tu presupuesto?
Revisa tus obligaciones fiscales
Al regresar a casa, lo siguiente importante a considerar es cómo gestionarás tus impuestos. Muchos países, aunque no todos, tienen impuestos basados en la residencia. Esto significa que solo estás obligado a pagar impuestos si se te considera residente fiscal en el país. Para la mayoría de los países, necesitarás residir en el país por más de 180 días para convertirte en residente fiscal. Así que, si has estado viviendo en el extranjero durante varios años, necesitarás reintroducirte como residente fiscal en tu país de origen. El proceso exacto puede variar de un lugar a otro, por lo que es mejor consultar a las autoridades fiscales pertinentes cuando regreses.
Por ejemplo, si eres residente de Inglaterra, no pagarás impuestos en Inglaterra si eres residente fiscal en el extranjero. Si eres ciudadano de Francia, tampoco pagarás impuestos en Francia si resides en el extranjero la mayor parte del año fiscal, aunque es posible que aún debas pagar impuestos sobre tus ingresos de fuentes francesas.
Sin embargo, este no siempre es el caso. Por ejemplo, si eres ciudadano de Estados Unidos, deberás presentar declaraciones de impuestos sobre la renta y otros impuestos en el extranjero de la misma manera que lo harías si residieras en Estados Unidos. En este caso, al regresar, necesitarás informar al IRS sobre tu cambio de dirección.
Presupuesto para los primeros pasos de tu regreso
Regresar a casa puede parecer lo más natural del mundo. Pero después de haber vivido en el extranjero por un tiempo, puede requerir bastante planificación.
Primero, considera cuánto necesitarás gastar en gastos de mudanza. Esto incluirá el envío de tus pertenencias, posibles tarifas de almacenamiento, costos de transporte, etc. Aquí, también necesitarás decidir si utilizarás una empresa de reubicación o arreglarás la mudanza por tu cuenta. Optar por una empresa de reubicación puede hacer que todo sea mucho más fácil y también darte una comprensión clara de cuánto costará todo. Hacerlo por tu cuenta puede ser menos costoso (por un lado), sin embargo, si no tienes experiencia en mudanzas internacionales, también podrías enfrentar muchos gastos imprevistos.
Una vez que estés listo con la mudanza, necesitarás evaluar los gastos iniciales que tendrás al regresar. Es posible que necesites encontrar un nuevo lugar, lo que sería el mayor gasto a considerar. ¿Cómo te moverás? ¿Necesitas un coche o puedes usar el transporte público?
Incluso los mejores planes pueden salir mal. Aquí es donde necesitarás invertir en un fondo para gastos imprevistos. Esto podría cubrir desde reparaciones de emergencia hasta costos médicos inesperados. Una buena regla general es apartar alrededor del 10-15% de tu presupuesto total de "regreso a casa" como un colchón.
Si tu empleador te está reubicando, algunos de tus gastos de reubicación pueden estar cubiertos, y puedes recibir ayuda para volver a instalarte. Sin embargo, esto depende de tu contrato. Por ejemplo, los empleadores en el Reino Unido no están legalmente obligados a cubrir ningún gasto de reubicación, a menos que se haya establecido de otro modo en el contrato. Así que asegúrate de consultar con tu empleador sobre sus políticas de reubicación.
Si te mudas de regreso por tu cuenta, puedes enfrentarte a la presión de encontrar empleo y una fuente de ingresos en casa. Si este es el caso, lo mejor sería asegurar una oferta de trabajo (o al menos algunas entrevistas) antes de reubicarse. Si esto no es una opción, asegúrate de presupuestar suficiente tiempo para buscar empleo. Considera mantener tus gastos al mínimo cuando regreses sin empleo. Por ejemplo, ¿podrías quedarte con amigos o familiares durante este período de transición para evitar pagar alquiler?
Actualiza tus planes de seguro
Dependiendo de a dónde regreses, los costos médicos podrían ser el mayor gasto potencial. En este caso, es esencial que tengas una cobertura continua de seguro de salud. Cuando vivías en el extranjero, probablemente estabas utilizando un proveedor de atención médica local. Ahora que estás de regreso, asegúrate de renovar o actualizar tu cobertura de seguro de salud en casa. Si vas a pasar de un plan internacional a uno local, asegúrate de que no haya lagunas en tu cobertura.
El seguro de salud debe ser tu prioridad número uno. Pero también es importante mantener actualizados otros seguros que podrían ayudarte a evitar gastos adicionales. El seguro de hogar, de inquilino y de automóvil también son importantes para mantener actualizados y vigentes.
En resumen, regresar a casa después de haber construido una vida en el extranjero puede ser una transición tan grande (o incluso mayor) que mudarse al extranjero en primer lugar. Habrá muchas cosas a las que necesitarás readaptarte. Para facilitarte las cosas, es importante que planifiques financieramente tu regreso lo antes posible. Tener un plan claro y un presupuesto detallado te ayudará a comenzar tu nueva vida en casa con tranquilidad, sin preocuparte por gastos imprevistos en lugares familiares.