Decidido a acabar con la especulación inmobiliaria, el gobierno de Trudeau anunció la prohibición de las transacciones inmobiliarias para los compradores extranjeros. La vivienda ha sido declarada "gran causa nacional" por el gobierno, que pretende crear 400.000 nuevas viviendas sociales al año, frente a las 200.000 actuales. Se espera que este proyecto masivo apoye el crecimiento económico del país, enfrentado a múltiples crisis.