¿Cuáles son las monedas más y menos convertibles del mundo?

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Publicado el 2022-02-16 a las 10:12 por Ester Rodrigues
Una variación del tipo de cambio puede cambiar instantáneamente la vida de un expatriado, especialmente si gana en una moneda pero gasta en otra. Los tipos de cambio están directamente relacionados con los presupuestos de los expatriados. La convertibilidad de las divisas funciona de forma similar a la de las acciones. Cuanto más atractiva sea la moneda, mayor será su demanda y su valor. Del mismo modo, lo contrario también es cierto, lo que lleva a que la moneda se devalúe.

Según el informe del Banco de Pagos Internacionales, Turnover of OTC Foreign Exchange Instruments by Currency, las monedas más negociables del mundo son, por orden, el dólar estadounidense, el euro, el yen japonés y la libra esterlina. Por otro lado, monedas como el won surcoreano y el yuan chino son conocidas como monedas parcialmente convertibles, mientras que el real brasileño y el peso argentino y chileno, por ejemplo, son más difíciles de convertir. 

Además de la convertibilidad, la devaluación de una moneda puede producirse por muchas razones, por ejemplo, si un país intenta combatir un desequilibrio comercial con uno de sus socios en la región, o por razones políticas al surgir tensiones entre Rusia, Ucrania y Estados Unidos. Aunque la devaluación de la moneda es un concepto técnico, no deja de tener algunas implicaciones que los expatriados deben conocer, sobre todo cuando se trata de trabajar en el extranjero. 

Para la mayoría de los expatriados, el problema suele ser cuando la moneda sufre una devaluación, ya que al venir de países donde la moneda vale menos que la del país de acogida, los expatriados tienen dificultades para ahorrar dinero, viajar por ocio e incluso llegar a fin de mes. Por ejemplo, si un brasileño quiere vivir en Alemania, y ha ahorrado su salario medio anual en Brasil (2.130 euros), sólo podrá vivir unos tres meses en Alemania, ya que los gastos medios mensuales en el país rondan los 860 euros. Aunque el euro es una de las monedas más fáciles de convertir, su característica aumenta su valor, además de otra inestabilidad económica y política actual debida a la crisis pandémica, que lo hace realmente caro para los expatriados procedentes del sur global, por ejemplo.  

Un expatriado de Argentina, cuya moneda (Peso Argentino) se ha devaluado debido a un alto impuesto de inflación, probablemente encontrará muy difícil vivir en cualquier lugar de Europa o América del Norte, ya que 1 Peso Argentino vale 0,0085 Euros. Incluso si los expatriados de Argentina van a Brasil, donde su moneda no es la más fácil de convertir, y no está sobrevalorada, 1 Peso Argentino vale sólo 0,053 Reales Brasileños. 

Los expatriados y la devaluación de la moneda

El hecho de cobrar en la moneda local del país de acogida, en contraposición a la moneda de su país de origen en el caso de las misiones más largas que se prolongan durante meses o incluso años, puede ser especialmente perjudicial para los expatriados. Pero, por el contrario, los expatriados que viven en el extranjero y siguen ganando en su propia moneda, dependiendo del grado de devaluación de la moneda que se experimente, podrían acabar perdiendo una cantidad significativa de dinero por las fluctuaciones. Todo esto se debe a que la moneda en la que están cobrando ya no vale lo que valía cuando empezaron a trabajar.

La devaluación de la moneda es un concepto que atraviesa todos los aspectos de la vida cotidiana de los expatriados. Si cuando empezaron a trabajar se les dio una asignación específica para cubrir los gastos rutinarios, por ejemplo, ese total podría ser apropiado hoy en día. Pero si de repente hay un gran cambio en el valor de la moneda local, esa misma cantidad puede no cubrir lo que están pagando, imponiendo un futuro incierto. 

¿Qué pueden hacer los expatriados? 

Para muchos expatriados, una gran solución a la devaluación de la moneda es encontrar un trabajo en el país de acogida o en otro lugar (trabajando a distancia) que tenga la misma moneda o una equivalente. Muchas empresas que operan a nivel mundial (o las que están en proceso de expansión) son más propensas a contratar a expatriados, e incluso las que están en su país de origen con cadenas en el extranjero, a menudo pueden pagar a sus empleados en la moneda del país en el que están trabajando, y no necesariamente en el que han firmado el contrato. 

Asimismo, los expatriados pueden encontrar algunas empresas internacionales que optan por utilizar una revisión intermedia para comprobar la devaluación de las monedas y ajustar los salarios según los países de acogida de los empleados. Sin embargo, este enfoque es mucho más lento desde el punto de vista administrativo, ya que requiere mucho tiempo. A pesar de esta carga adicional, también sería eficaz para tener en cuenta factores como la inflación de los precios y los ajustes del coste de la vida para los expatriados.