Provincias menos populares: Una opción táctica
Gracias al programa federal de Entrada Exprés, muchos inmigrantes pudieron convertirse en residentes en Canadá (excepto Quebec, que tiene su propio sistema de inmigración). En la actualidad, algunas provincias tienen demanda de mano de obra y cuentan con programas internos de Entrada Exprés que permiten a algunos inmigrantes realizar los trámites con mayor rapidez y, por tanto, acelerar su asentamiento en el país.
El retraso de Quebec es el de la obtención de la Residencia Permanente (aproximadamente dos años a través del programa de Certificado de Selección de Quebec). Sin embargo, la provincia ha ido introduciendo más criterios para la obtención de la residencia para las personas que ya se han instalado allí. Mientras tanto, el resto del país ha ido aumentando las cuotas de inmigración y abriendo una nueva vía dentro del programa Express Entry para acoger a más trabajadores esenciales.
Inmigrar a estas provincias puede ser, pues, una opción táctica para obtener más rápidamente la residencia permanente, lo que allana el camino no sólo a la estabilidad estatutaria, sino también a la libertad de empleo, la vivienda y muchas otras ventajas.
"Elegí Winnipeg porque mi primera experiencia ya me había llevado a Manitoba, y después de visitar todas las grandes ciudades canadienses, ¡me di cuenta de que este lugar era el que más me convenía! La vida es asequible, la tasa de desempleo es baja y hay un programa que ofrece la residencia permanente sin condiciones estrictas. Hace ya cuatro años y medio que vivo aquí, ¡y sé que fue la elección correcta! ", dice Kenza, expatriada en Winnipeg, Manitoba.
Inmersión y solidaridad de los expatriados
Emigrar a una de las principales ciudades de Canadá (Montreal, Quebec, Toronto o Vancouver) tiene muchas ventajas, pero eso no significa necesariamente que vayas a sumergirte en la cultura local. Vivir en Montreal es radicalmente diferente a vivir en Vancouver. Sin embargo, las diferencias son aún mayores cuando se elige una provincia menos popular.
Marie, en Calgary, explica: "Me mudé a Alberta por su proximidad a las montañas, porque la ciudad de Calgary no parece una gran ciudad. Cuando vine a Canadá, mi objetivo era estar inmersa en la cultura anglófona, y la parte occidental del país me pareció ideal para ello. Pero aquí también hay una gran comunidad francófona".
Elegir vivir en una provincia menos popular también significa estar alejado de otros expatriados y, por tanto, sumergirse por completo en la cultura, conocer a gente con costumbres diferentes, etc. Para los expatriados que no son angloparlantes, esto también significa que tendrán la oportunidad de mejorar sus conocimientos del idioma muy rápidamente a través del contacto con los lugareños, que suelen ser muy benévolos con los pequeños errores gramaticales.
Johanna vive en Summerside, en la Isla del Príncipe Eduardo, al este del país. Dice: "Llevo cuatro años viviendo en la Isla del Príncipe Eduardo, después de haber estado un año en Terranova y Labrador. Decidí volver a una provincia del Atlántico porque me encantó mi experiencia allí. Me encantó tener ese sentimiento de pertenencia a una comunidad que te acoge y te ayuda a integrarte rápidamente cuando estás tan lejos de casa".
Este toque humano es crucial para expatriados como Johanna, que dejaron a su familia y amigos para vivir una nueva aventura en Canadá. Aunque la elección de mudarse al extranjero haya sido suya, sentirse rodeada de una comunidad fuerte y unida ayuda a que la transición sea más suave.
Más oportunidades y aventuras
Salirse de los caminos trillados también significa tener que enfrentarse a obstáculos que normalmente no se experimentan en una gran ciudad. Pero en cualquier caso, lleva tiempo superar la barrera del idioma, por ejemplo, y acostumbrarse a las nuevas costumbres y orientarse.
Sin embargo, la solidaridad entre expatriados parece más notable y poderosa en estas regiones. "Los expatriados europeos tienden a mantenerse unidos en estas provincias menos populares. Como somos menos, hay un gran apoyo mutuo y, sobre todo, el mismo sentido de la aventura", dice Johanna. Así que ésta puede ser una de las ventajas de trasladarse a una provincia así.
Marie, expatriada en Calgary, explica que eligió esta ciudad por las numerosas oportunidades de empleo, sumadas a un coste de la vida asequible, y a los increíbles paisajes cercanos a su casa. Este equilibrio entre un coste de la vida razonable y una calidad de vida con actividades al aire libre es un lujo que puede resultar difícil de conseguir en ciudades más grandes y densamente pobladas.
En cuanto al empleo, Johanna destaca la importancia que esta pequeña comunidad ha tenido en su carrera. Al llegar a Canadá, comenzó un trabajo de servicio cívico en 2015 con 800 dólares al mes. Pero ha sido paciente, profesional y decidida. Con el tiempo, obtuvo un contrato de duración determinada, luego un contrato permanente y, finalmente, se convirtió en la Directora Ejecutiva de una organización en enero de 2020, cinco años después de su llegada. "No podría haber tenido estas oportunidades en mi país de origen", dice.
Instintivamente, a veces es más reconfortante dirigirse a una gran ciudad o a una provincia conocida, pero eso no significa que no se pueda considerar lo que ofrecen otras provincias, desde oportunidades de trabajo, viviendas más baratas, un coste de vida más asequible hasta la calidad de vida con la montaña o el mar cerca. Cada región es diferente, y esto es lo que hace de Canadá un país tan interesante para explorar.
