Hola a todos! les traigo un tema que creo que puede llegar a interesarles.
Según una investigación psicológica, la migración es un proceso de desarraigo y duelo. Les ha tocado vivir alguna de estas etapas???? En lo personal, debo decir que yo he vivido casi todas estas etapas mencionadas. Lo único que no me tocó experimentar fue el "Duelo por pérdida de paisajes" ya que donde yo vivía era en una ciudad grande y no habían muchos paisajes para contemplar, por supuesto mi país tiene lugares bellísimosssssssss... pero nunca tenía la posibilidad de poder recorrer cada uno de ellos, y ahora donde estoy puedo disfrutar día a día de pura naturaleza y lugares también muy preciosos, por eso no me tocó vivir esa etapa. Y la otra etapa que no me tocó atravesar fue "el duelo por la pérdida de la seguridad física", ya que desde que estoy acá mi estado de salud ha mejorado y físicamente estoy más estable de lo que estaba en mi país.
Qué opinan Uds.???
Saludos
Ruth
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Duelo por la separación respecto de los familiares y amigos: Se dan grandes repercusiones psicológicas, debido a la afectividad del migrante con su entorno más próximo. Es la oportunidad para reconstruir o fortalecer estas relaciones debido a la lejanía que se genera. El migrante en algunos casos no encuentra en su nueva instancia una red de apoyo familiar y social. Esta falta conlleva ansiedad, soledad, sentimientos de culpa, dificultades en la convivencia familiar, tendencia a sufrir disfunciones adaptativas, frustraciones acumuladas y miedo al futuro. Esto requiere el apoyo urgente de los servicios psicosociales.
Duelo por la lengua materna: La lengua es uno de los vínculos que el niño establece con su grupo familiar, fundamentalmente con sus padres. La adquisición de una nueva forma de expresarse comporta un gran esfuerzo por parte del migrante. Para sus hijos y ellos mismos, se crean grandes tensiones lingüísticas al adaptarse al medio cultural del nuevo país. Se concibe a la lengua como un vehículo de comunicación, un instrumento al servicio del intercambio de conocimientos, sentimientos e ideas.
Duelo por la cultura: Al marchar el emigrante deja atrás toda una serie de concepciones y actitudes acerca del mundo y de cómo una persona debe comportarse en él. En el nuevo país las cosas pueden ser muy diferentes. Cosas como la alimentación, el vestir, el sentido del tiempo, entre otros. Cada cultura propone un o varios rasgos de personalidad específicos, como patrones de conducta. Además se halla un aspecto común a todas las expresiones humanas: buscan aspectos de equilibrio como también de excitación y descubrimiento. En la migración es muy fácil que sucedan choques entre estos dos enfoques de ser.
Duelo por la pérdida de paisajes, la tierra: La tierra simboliza a los padres, a los antepasados. Los migrantes viven intensamente los cambios de paisaje, temperatura, humedad, luminosidad, colores, pluviosidad, olores, etc. Esta carga emotiva ligada a la tierra conlleva sobrevaloraciones e idealizaciones acerca de ella. Cuando se exagera mucho el valor de algo es porque no se tolera tal como es, por eso se altera, para que atienda los gustos y necesidades propias. La tierra no ha sido siempre tan buena madre como se dice.
Duelo por la pérdida del estatus social: La mayoría de los migrantes, aunque tengan ideas de progreso y mejora, retroceden a nivel de estatus social respecto a su sociedad de origen. Las condiciones sociales de gran parte de los migrantes son tan precarias que dan lugar a que fracase su proyecto migratorio, siendo este tema uno de los que más demanda tiene, en lo que concierne a la ayuda psicológica. Un reflejo de este Duelo es el pensamiento excepcional y casi extinguido del triunfo o ascenso del migrante dentro del nuevo entorno.
Duelo por la pérdida del contacto con el grupo étnico (nacional) de origen: la identidad étnica refleja la misma identidad humana: de género, generacional, religiosa, familiar, profesional, de clase social, etc. Esto conlleva a una consciencia de un “nosotros” frente a la de un “ellos”, relacionando la pertenencia a un grupo humano con unas características comunes de cultura, historia, lengua, etc. Estos procesos de identidad chocan fuertemente ya sea si son planteados por el autóctono o por los migrantes.
Duelo por la pérdida de la seguridad física: La existencia de graves riesgos físicos: Los migrantes se ven amenazados por numerosos riesgos tanto para su salud como para su integridad física. Esto comporta Duelo por todo lo que se ha perdido en el país natal: comodidades, seguridad, condiciones higiénicas adecuadas, alimentación suficiente, entre otros. A esto se suma el alto índice de accidentes laborales y enfermedades ligadas a la explotación que padecen los migrantes o los viajes escondidos que realizan para llegar al país de sus sueños. Por último se añade la violencia contra los extranjeros en algunos países.