Vivir más allá de sus posibilidades
Muchos estudios, como el de HSBC Expat Explorer, han puesto de relieve la dificultad de los expatriados para gestionar sus finanzas en el extranjero. Obviamente, cuando ganas más estás tentado a gastar más. Durante los primeros meses, naturalmente estarás tentado de salir a menudo para explorar la zona donde vives, salir a cenar los viernes después del trabajo, hacer turismo, ir de compras al centro comercial y tiendas caras. Pero hay que saber cuándo bajar el ritmo. Sólo porque otros (amigos o conocidos) lo hayan hecho, no significa que tú también debas hacerlo. Piensa en el propósito y la duración de tu estancia, especialmente si te has mudado con tu familia. Tienes tiempo para disfrutar de tu nueva vida, así que no es necesario correr en las primeras semanas y querer hacerlo todo. Entonces, ¿cómo disfrutar de tu vida de expatriado sin llegar a la bancarrota? Empieza por enumerar tus prioridades, teniendo en cuenta las necesidades de tu familia: comida, alquiler, transporte, educación, sanidad, ocio, etc. Intenta ahorrar algo de dinero y déjalo aparte. Si has decidido mudarte al extranjero es porque probablemente quieres conseguir algo.
Errores a la hora de elegir un banco
Ya seas asalariado o jubilado, tener una cuenta bancaria te será muy útil para recibir el salario o la pensión y también para realizar las transacciones bancarias y pagos habituales. Por supuesto, puedes optar por conservar tu cuenta bancaria. Sin embargo, la apertura de una cuenta local tiene ventajas como la posibilidad de obtener una tarjeta de crédito o una hipoteca a largo plazo. Abrir una cuenta bancaria internacional te permitirá realizar transacciones bancarias en cualquier moneda extranjera y beneficiarte de tipos de interés interesantes. Además, no tendrás que preocuparte por los tipos de cambio de tus transferencias bancarias internacionales. En cualquier caso, no dudes en consultar con un experto en asuntos financieros. Muy a menudo, las decisiones equivocadas se deben a una falta de información.=
Infórmate sobre los impuestos
Una vez que se haya establecido, en su nueva vida de jubilado o profesional, y empiece a recibir ingresos, tendrá que pagar el impuesto sobre la renta. Así que infórmate bien sobre el sistema fiscal del país en el que resides y el pago de impuestos. Además, verifica si tu país de origen y tu país anfitrión tienen un acuerdo de doble imposición. Los expatriados a menudo olvidan informar a las autoridades fiscales de su país de origen sobre su salida, y algunas formalidades, y tal algunos impuestos, quedan pendientes. En caso de duda, y para evitar cualquier contratiempo, busque la ayuda de un asesor fiscal.
Ten en cuenta el seguro de salud
En la mayoría de los países, los expatriados contribuyen al sistema de seguridad social del país anfitrión. ¿Pero es suficiente? ¿Tiene suficiente información sobre las condiciones relativas a su jubilación y planes de salud? ¿Cómo es el funcionamiento del sistema de salud pública de su país de acogida? ¿Está usted cubierto? ¿Cuáles son las condiciones que se aplican? ¿Se necesita un seguro complementario? ¿Qué pasa con las personas a cargo? Debes ser capaz de responder a estas preguntas y pensar que esto puede requerir una inversión nada despreciable. Así que, una vez que hayas recibido tu salario mensual o pensión de jubilación, haz un presupuesto y asegúrate de incluir tus contribuciones al seguro de salud. Además, tus ahorros pueden ayudar en caso de que necesites atención urgente en el extranjero o un tratamiento que no esté incluido en tu plan de seguro médico.
No te precipites al comprar una propiedad
La crisis de COVID-19 ha tenido un gran impacto en el mercado inmobiliario internacional. En muchos países, los precios de las propiedades han bajado en los últimos meses, lo que es alentador para los expatriados que buscan invertir en propiedades en su país de acogida. Según los expertos en bienes raíces, no es probable que el mercado inmobiliario mundial mejore en un futuro próximo, por lo que la inversión en propiedades no parece una mala elección. De hecho, hay muchos beneficios a largo plazo al comprar una propiedad en el extranjero, como el ahorro de dinero en alquileres mensuales y la posibilidad de alquilar la propiedad. Sin embargo, hay otras cuestiones que se deben tener en cuenta antes de comprar una propiedad, como la duración de su estancia en el país de acogida, los gastos de renovación y mantenimiento, o incluso el valor de reventa de la propiedad. ¿Parece rentable? ¿tienes realmente los medios financieros, o necesitarás una hipoteca? ¿Qué hay de los tipos de interés bancarios y los impuestos sobre la propiedad? Todo esto necesita una planificación adecuada, así que no te corras.
Cada expatriado tiene sus propios sueños, proyectos y ambiciones. Sin embargo, algunas cosas llevan tiempo, así que no pierdas ni la motivación, ni el rigor. Evalúa tu presupuesto tranquilamen te y ahorra. Buena suerte.
