nuestra lengua es singular, espectacular y admirable. Bien hablada, bien escrita, no tiene parangón con ninguna otra, y eso es por su extraordinaria fuerza de expresión. Las frases, las expresiones, sean de uso académico, común o popular, son de las más originales y bellas, y, sabéis? tenemos más de 20.000! Oídme. Salí de Espana joven por ser de izquierdas y estar perseguido por mis ideas, no por sus bombas. Francia, país que amo, me abrió sus puertas y me ayudó. Aprtendí la lengua, luego el bachillerato, después la universidad y más. Fue allí donde "conocí" el castellano. Me gustó tanto que lo admiro, y que cada día lo quiero más y más. No ceso de leer, de escribir, de componer canciones letradas, de reírme a carcajada limpia (mi gata kika se extrana de eso quizá porque piensa que es una sinrazón; es muy...intel..., no, intuitiva, mi carísima gatula) con las expresiones y locuciones, por ejemplo de nuestra jerigonza. Ved; es un entretenimiento nuestra lengua, este idioma tan cálido, tan sutil, tan benigno tantas veces al oído que nos eleva casi a las nubes, por lo menos a mí. Ahora se está malgastando (destrozando) tan bella lengua. Ya no se habla como lo hacía mi abuelo y también mi madre: con ritmo de vals acompasado. Ahora, esta lengua nuestra se habla a trancazos de rap, y eso me disgusta y...me apena. Sí, ya sé, es difícil arreglar tal asunto, pero todos y cada uno de nosotros, los que nos llamamos y sentimos espanoles hemos de tratar de tener un poco de piedad y respeto para con la lengua que usamos cada día. Hay una forma de aliviar su herido cuerpo. Es curarlo con palabras completas, curarlo hablando despacito, tratar de comprender y sobre todo ser comprendidos. A que sí que eso tan fácil podemos hacerlo todos? Gracias por leerme. José-Luis