El Ministerio de Inmigración e Integración de Dinamarca ha anunciado recientemente que el número de inmigrantes y daneses de primera generación en la enseñanza superior ha aumentado exponencialmente en la última década. En particular, la matriculación de estudiantes de Oriente Medio y del Norte de África aumentó un 16% entre 2011 y 2021. ¿Qué tiene Dinamarca que atrae tanto a los estudiantes internacionales?
Universidades de primera categoría y una próspera industria tecnológica
A pesar de ser un país pequeño, Dinamarca cuenta con cinco universidades en el top 500 anual de la clasificación mundial de universidades QS: la Universidad de Copenhague, la Universidad Técnica de Dinamarca, la Universidad de Aarhus, la Universidad del Sur de Dinamarca y la Universidad de Aalborg. La Universidad de Copenhague está entre las 100 primeras.
Dinamarca es un lugar especialmente bueno para estudiar tecnología e innovación sostenible. Según The Robot Report, Dinamarca es uno de los centros mundiales de la robótica. El informe Insight de Odense Robotics dice que en 2021 había 418 empresas de robótica y 10.700 empleados en el sector. Se dedican a la inteligencia artificial, la mecatrónica (creación de sistemas de fabricación automatizados), la dinámica de sistemas, la informática sanitaria y energética y los drones, entre otros subcampos. Un asombroso 84% de estas empresas operan en el marco de la transición económica verde.
Se prevé que entre 2021 y 2025 se crearán en Dinamarca 8100 nuevos puestos de trabajo en robótica. Las universidades danesas tienen excelentes conexiones con la industria para los estudiantes de tecnología que esperan quedarse en el país para trabajar. Por ejemplo, el Instituto Maersk Mc-Kinney Moller de la Universidad del Sur de Dinamarca ha ayudado a poner en marcha múltiples empresas de robótica.
Una pedagogía única y una gran vida en el campus
Las universidades danesas también tienen un enfoque pedagógico distintivo. En lugar de estudiar en grandes aulas, abarrotadas e impersonalizadas, los estudiantes reciben clases en pequeños grupos. Esto hace que los estudiantes se sientan cómodos y les permite interactuar de forma personalizada con cada profesor. Los estudiantes también pueden ayudarse más entre sí con las lecturas y el trabajo de clase en estos grupos pequeños.
También existe un sistema de compañeros de estudio. Cada nuevo estudiante internacional es emparejado con un estudiante danés para ayudarle a adaptarse más fácilmente al país y a la cultura. El compañero puede ayudarte en aspectos prácticos como la localización de instalaciones en el campus y la búsqueda de alojamiento para estudiantes, además de ser un compañero de intercambio lingüístico. Puedes enseñar a tu compañero tu lengua materna mientras él te ayuda a aprender danés. Es menos probable que sientas la barrera del idioma, el choque cultural o la nostalgia con este sistema de apoyo. La comunicación y la integración también se ven facilitadas por el hecho de que la mayoría de los daneses hablan con fluidez el inglés como segunda lengua y lengua franca internacional (alrededor del 86%, según la Oficina de Publicaciones de la Unión Europea).
Es fácil tener una vida universitaria divertida y significativa cuando se estudia en Dinamarca. Los "viernes de bar" son una tradición nacional: cada viernes al mediodía, los departamentos académicos montan bares con cerveza y refrescos en un aula o cantina para la socialización informal entre el profesorado y los estudiantes. Cada universidad tiene también sus tradiciones específicas. Por ejemplo, la Universidad de Aarhus organiza cada año la Kapsejlads, una regata de primavera. Hay carreras de barcos entre estudiantes de diferentes departamentos, conciertos gratuitos, picnics alrededor de los lagos del campus e incluso una carrera de desnudos para conseguir entradas para el Festival de Roskilde, uno de los mayores festivales de música de Europa.
Ayudas económicas para estudiantes internacionales
Los estudiantes de la Unión Europea (UE), el Espacio Económico Europeo (EEE) y Suiza no pagan tasas de matrícula en las universidades danesas. Para los estudiantes procedentes de fuera de estas zonas, la matrícula oscila entre 67.000 coronas danesas (9.000 euros o 9.100 dólares estadounidenses) y 134.000 coronas (18.000 euros o 18.400 dólares estadounidenses) al año, según Study.eu. Aunque hay destinos más baratos, como Alemania, donde no hay tasas de matrícula ni siquiera para los estudiantes extracomunitarios, las tasas danesas siguen siendo asequibles para los estándares de Europa Occidental.
El Plan Estatal de Becas y Préstamos Educativos ofrece una generosa ayuda financiera a los estudiantes locales y de la UE/EEE/Suiza. El préstamo tiene que devolverse al gobierno una vez que el estudiante se ha graduado, mientras que el dinero de las becas no tiene que devolverse. Algunas universidades danesas también ofrecen un número limitado de becas competitivas a estudiantes altamente cualificados de otros países. Por ejemplo, la prestigiosa Universidad de Copenhague y la Universidad de Aarhus tienen en cuenta automáticamente a todos los solicitantes internacionales de MA/MSc para una beca estatal danesa. Esta beca ofrece una exención total o parcial de las tasas de matrícula y, dependiendo de cada caso, un estipendio para el coste de la vida.
Un país verde y feliz
Dinamarca se sitúa cada año entre los cinco primeros países del Informe Mundial sobre la Felicidad. Los criterios de clasificación son la paridad del poder adquisitivo, el nivel de apoyo social y generosidad, la esperanza de vida saludable desde el nacimiento y la percepción de la corrupción en el liderazgo. La cultura danesa valora un estilo de vida relajado, encapsulado por el concepto de "hygge". El "hygge" se cultiva disfrutando de placeres sencillos y acogedores, como acurrucarse con un libro y chocolate caliente, comer con amigos con las luces tenues o hacer un picnic en la naturaleza.
Dinamarca también es líder en desarrollo ecológico. Según el informe LSE Green Economy Leader Report, tiene uno de los planes más ambiciosos del mundo para la transición a la economía verde. Una imagen mental que suele venir a la mente de la gente cuando piensa en Dinamarca es la de paisajes urbanos surcados por bicicletas. De hecho, en 2016, las bicicletas ya superaban a los coches en la capital, Copenhague. El país cuenta incluso con 11 Rutas Ciclistas Nacionales para viajes de larga distancia. Mientras que los residentes de otras ciudades europeas tienen que trasladarse al campo para estar en contacto con la naturaleza, las ciudades danesas tienen muchos espacios verdes. En concreto, una cuarta parte de Copenhague está dedicada a espacios verdes.