¿Cómo evitar la evasión fiscal siendo residente en el extranjero?

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Publicado el 2022-03-07 a las 10:00 por Asaël Häzaq
El trabajo a distancia y el nomadismo digital están en auge desde el comienzo de la pandemia. Cada vez son más las personas que inician una nueva vida en el extranjero sin conocer necesariamente las normas y requisitos fiscales de su país de expatriación. Los impuestos no son ni mucho menos su principal preocupación. Sin embargo, la residencia fiscal es un factor crucial, teniendo en cuenta que existen tratados fiscales entre su país de expatriación y su país de origen, y en función de su situación personal. ¿Cómo pueden los expatriados ajustarse a las normas fiscales?

Normas fiscales y residencia fiscal

Establecer su residencia fiscal es el primer paso para presentar su declaración de impuestos. Por ejemplo, tiene que conocer los impuestos que tiene que pagar en su país de origen y en su país de expatriación. En general, la residencia fiscal cumple al menos uno de los siguientes criterios: que su residencia principal esté en su país de origen, que su actividad profesional principal (ya sea por cuenta ajena o no) se desarrolle en su país de origen) y que la mayor parte de sus ingresos (sueldos, activos, inversiones, etc.) estén en su país de origen. Si su país de origen sigue siendo su residencia fiscal, tendrá que pagar impuestos sobre los ingresos de todas las fuentes. Si tiene su residencia fiscal en el país de acogida, sólo pagará impuestos sobre los ingresos de fuentes locales, dependiendo de su naturaleza y de si existe o no un tratado fiscal entre su país de origen y el de acogida. Por tanto, los impuestos de los expatriados varían de un país a otro, en función de estos factores.

Hay que tener en cuenta que la noción de residencia fiscal es específica del individuo. Una persona puede ser residente fiscal en su país de origen y su cónyuge ser considerado no residente. Si usted es el único que se traslada al extranjero mientras su familia permanece en su país de origen, esto podría afectar a su residencia fiscal. Si tiene bienes en su país de origen, seguirá pagando el impuesto sobre la propiedad y el impuesto sobre los ingresos por alquiler (si la propiedad está alquilada). Si vende una propiedad, tendrá que pagar el impuesto sobre las plusvalías tras la venta. Al mismo tiempo, los empleados que han sido trasladados por sus empresas suelen tener derecho a exenciones fiscales durante el periodo de actividad en el extranjero, bajo ciertas condiciones. Mientras tanto, los trabajadores transfronterizos tienen que pagar el impuesto sobre la renta en su país de residencia.

Cuando existe un convenio fiscal entre dos países

Un expatriado puede ser considerado residente fiscal de varios países bajo ciertas condiciones, por ejemplo, si se ha jubilado en un país pero recibe su pensión de otro). Sin embargo, muchos países han firmado tratados fiscales para evitar la doble imposición. En presencia de un tratado fiscal, el importe se calcula según diferentes métodos de imposición: tipo impositivo mínimo (según la escala progresiva) y tipo impositivo medio.

En el caso de un expatriado que vive en un país que tiene un convenio fiscal con su país de origen, deben declararse los ingresos procedentes de su país de origen, incluidos los salarios y las pensiones pagadas por el país de origen. Esto también se aplica a los ingresos procedentes de actividades liberales o independientes realizadas desde una estructura domiciliada en su país de origen, a los ingresos procedentes de actividades industriales o comerciales independientes realizadas a través de una estructura establecida en su país de origen, a los ingresos inmobiliarios o mobiliarios situados en el país de origen, a los dividendos pagados por una empresa en su país de origen, a los seguros de vida contratados en el país de origen, etc. Considere la posibilidad de echar un vistazo al tratado fiscal entre su país de origen y su país de expatriación, especialmente si tiene bienes muebles, inmuebles y/o activos bursátiles en su país de origen. Se recomienda a los trabajadores a distancia y a los nómadas digitales en el extranjero que presten especial atención a estos aspectos.

También hay que tener cuidado con las deducciones fiscales, que pueden variar en función del país en el que se resida fiscalmente.

Otros puntos a considerar

¿Qué es la evasión fiscal? Para un individuo o una empresa, la evasión fiscal significa reducir la cantidad de impuestos que debe pagar transfiriendo sus activos a un país que ofrece más ventajas fiscales. Aunque la evasión fiscal implica procedimientos legales, sigue siendo ambigua. Se encuentra en la frontera entre la optimización fiscal (reducir los impuestos legalmente respetando las normas fiscales de un determinado país) y la evasión fiscal (utilizar medios ilegales para pagar menos impuestos).

El primer paso para evitar la evasión fiscal es declarar los impuestos a tiempo. De hecho, no presentar la declaración de la renta se considera evasión fiscal. Lo mismo ocurre cuando no se declaran las rentas, los bienes o los ingresos imponibles. Por lo tanto, los expatriados son responsables de enumerar todos sus ingresos imponibles. Cabe señalar que la insolvencia también se considera fraude. Cualquier declaración deliberadamente incompleta o falsa será sancionada.

Cuidado con las cuentas bancarias. En teoría, los expatriados pueden abrir una cuenta bancaria en varios países. Pero en la práctica, la apertura de una nueva cuenta queda sujeta a la normativa fiscal vigente en el país en cuestión. Así que asegúrese de consultar a las autoridades fiscales del país en el que va a pagar impuestos. Abrir una cuenta en otro país sin declararla a sus autoridades fiscales se considera evasión fiscal. Asimismo, aunque tener dividendos y recibir otros ingresos en el extranjero no es ilegal, es obligatorio declararlos.

Algunos países también han implantado un impuesto de salida para los contribuyentes que trasladan su residencia fiscal al extranjero. Por lo tanto, hay que tener cuidado. Es su responsabilidad presentar todos los documentos relativos a las actividades cubiertas por el impuesto de salida. Actualmente, muchos países están reforzando su mecanismo de control para evitar la evasión fiscal. En general, se menciona con frecuencia a los grandes grupos y empresas, pero las pequeñas estructuras y los particulares también se ven afectados por estas medidas. En caso de duda, lo mejor es consultar a las autoridades fiscales lo antes posible.