Ana Teresa en Perú: Los peruanos son bastante abiertos y les encanta hablar de su país, sienten mucho orgullo por lo propio.

Entrevistas a expatriados
Publicado el 2017-10-26 a las 09:36
Ana Teresa sentía que había perdido su país, por lo que se vio obligada a pensar en otras tierras para construir su futuro, así fue como llegó a Perú, a pesar de que no fue un proceso fácil ahora esta tranquila disfrutando su experiencia y ayudando a otros venezolanos sobre el proceso migratorio.

Empecemos por una pequeña presentación. ¿De dónde eres? ¿Cuánto hace que vives en el extranjero? ¿Cómo te ganas la vida?

Soy de Caracas, Venezuela, tengo 33 años de edad. Tengo 2 años viviendo en Lima, Perú. Estoy aquí desde el 6 de septiembre de 2015. Principalmente me gano la vida como community & social media manager, pues soy comunicadora social de profesión. Adicionalmente soy tarotista y astróloga, dicto talleres y doy consultas.

Otra cosa que hago (sin fines lucrativos) es ayudar a venezolanos/as a obtener información sobre el tema migratorio, tengo cerca de 5 años apoyando brindando información a través de redes sociales y foros de internet. Entre mis proyectos está organizar una ONG que se dedique a proporcionar asesoría y atención migratoria, laboral y de inserción cultural.

¿Por qué decidiste cambiar de país?

Mi país ya no es el mismo desde hace casi dos décadas. Se fue desvaneciendo hasta ya no ser mi país. Dejé Venezuela porque ya no podía vivir allí, solo sobrevivía. La persecución política, la violencia, la violación sistemática de los derechos humanos, el resentimiento social, la inseguridad, el temor a que te maten o te envíen a la cárcel solo por pensar diferente, las pocas posibilidades de acceso a servicios básicos como alimentos y medicinas, así como la imposibilidad de poder pensar en un futuro me obligaron a pensar en otras tierras para poder construir mi vida y poder vivirla de verdad.

¿Qué trámites y formalidades has tenido que hacer para instalarte en Perú?

Yo soy hija de peruana (mi mamá también es expatriada, se fue a Venezuela en 1977), pero lamentablemente nunca me inscribieron ante el consulado, así que, aunque tenía la posibilidad de poder naturalizarme, antes debía tramitar el carnet de extranjería como cualquier otro extranjero.

Tramitar el carnet de extranjería en Perú no es sencillo, pues se requiere ser estudiante o tener un contrato de trabajo por al menos un año y casi nadie lo hace. Adicionalmente, tuve ciertos inconvenientes con el apostillado de mi partida de nacimiento, pues en Venezuela es complicado realizar este trámite.

Yo me vine primero para avanzar con la instalación en Lima. Un año después se vino mi esposo, quien estaba terminando sus trámites de apostillado de documentos académicos. Como yo ya poseía carnet de extranjería, solicitamos un carnet de extranjería para familiar de residente presentando nuestra acta de matrimonio ante migraciones. Adicionalmente, nos correspondió registrar nuestro matrimonio ante el Reniec para que tuviera validez aquí.

¿Cómo fue tu instalación?

Llegué a casa de unos tíos, quienes me acogieron durante los primeros 8 meses, Luego de este tiempo, alquilé una habitación en la que recibiría a mi esposo, quien estaba próximo a llegar.

¿Has tenido dificultades para adaptarte: la gastronomía, las costumbres, el clima?

Afortunadamente no. Mi mamá es peruana y siempre veníamos a visitar a la familia, por lo que el cambio cultural no se me ha hecho tan grande. Además, siempre me ha gustado conocer e investigar, lo que hace que aprender y adaptarme se me haga más sencillo. En cuanto al clima, es bastante llevadero. Si bien hay mucha humedad, es bastante agradable.

¿Lo que más te sorprendió?

Hay un tema muy delicado con el acoso sexual: Aquí los hombres te escriben directamente al Facebook o al inbox para ofrecerte dinero a cambio de favores sexuales. En Venezuela los hombres son directos, pero no llegan a ofrecer dinero. Creo que es un tema cultural, el ofrecer dinero da un trasfondo de poder.

Otra cosa que sorprendió es que pese a ello, las mujeres se sienten con cierta tranquilidad al usar vestidos, shorts y faldas cortas. En Venezuela eso era impensable: Inclusive siendo un país donde es veranos todo el año, las mujeres llevamos jeans siempre, pues usar falda (sea del largo que sea) es un poco tabú, te hace sentir juzgada, acosada y con todas las miradas encima.

Lo otro que me llamó mucho la atención fueron los contrastes: Perú está avanzando rápidamente en tecnología y puedes encontrar cosas que parecen anacrónicas y diacrónicas en un mismo lugar, como alguien con un celular de última tecnología en un “mototaxi” (una pintoresca moto con una cabina anexa) yendo a alguna oficina a rellenar un formulario de manera manual porque esa opción aún no está disponible en su localidad y haciendo el depósito en un cajero automático, pese a que no tiene cuenta bancaria porque desconfía de esta instituciones.

¿Cómo encontraste alojamiento?

Unos tíos gentilmente me recibieron. Tuve suerte, pues aunque tengo muchos tías y tíos que con gusto me hubieran tenido en sus casas, poco a poco se les fue reduciendo la posibilidad de alojarme ya que mis primos tuvieron hijitos y evidentemente había cada vez menos espacio para alguien más.

¿En lo que respecta a la vida laboral, es difícil para un expatriado conseguir trabajo?

Sí, es bastante complicado. En primer lugar por el tema legal: Al no tener carnet de extranjería no te contratan, pero para tener un contrato y poder trabajar necesitas carnet de extranjería. Además, es complejo y complicado, porque hay mucho desconocimiento y temor de las empresas con respecto a documentos alternativos como el PTP, que en sí mismo es un permiso de trabajo.

¿Es fácil hacer nuevos amigos? ¿Algún consejo?

Sí, es fácil hacer nuevos amigos. Los peruanos/as son bastante abiertos a conocer sobre el extranjero y además les encanta hablar de sí mismos, de su cocina y de su país, pues sienten mucho orgullo por lo propio. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado con el tratamiento, pues los diferentes códigos culturales se pueden prestar a mal interpretaciones. Por ejemplo, en Perú la gente es más distante en el trato, mientras que en Venezuela la gente es mucho más cercana y algunas actitudes pueden tomarse como coqueteos o como abuso de confianza.

¿Qué te parece el estilo de vida en Perú? ¿Es diferente al de Venezuela?

Es diferente porque Venezuela es tierra de nadie desde hace muchos años: Aquí puedo salir a caminar a cualquier hora del día y de la noche sin temor a que me roben o me maten, aquí tengo la libertad de elegir qué comprar y cuándo hacerlo. Aquí puedo pensar en progresar y construir mi vida, en vivir el presente y proyectar el futuro.

¿Cómo es tu vida cotidiana?

Me levanto cada día a trabajar y de vez en cuando salgo con mi esposo y unos amigos que han llegado hace poco, que se han convertido en mi nueva familia. También estoy muuuuucho en internet, tanto por mi trabajo como por esta pasión de ayudar a la gente a salir de Venezuela para poder construir futuro afuera. Mi siguiente paso es ayudar a que familias humanas y sus mascotas se reencuentren.

¿Qué haces en tu tiempo libre? ¿Cuáles son las actividades más populares allí?

Me encanta caminar la ciudad, me encanta ver cómo cobra vida propia y me encanta acostarme en la grama. A veces voy a conciertos nocturnos o a tomar unas cervecitas con mis amigos. Otra cosa que hacemos aquí es comer y aprovechar en hacerles pequeños tours para que conozcan su nueva ciudad.

Venga mójate: lo mejor y lo peor.

Para ambas preguntas, la respuesta es: Los peruanos. Pueden ser las personas más humanas, colaboradoras y atentas, pero también pueden ser déspotas, mentirosos, abusadores y groseros. Es curioso, pero son dos caras de una misma moneda.

¿Qué consejo le darías a aquellos que quieren instalarse allí?

Investigar, hacerlo sobre todo de las fuentes oficiales y directas, Googlear y anotar mucho, contrastar información. No limitarse a preguntar en los foros, sino ver qué han preguntado y respondido otros antes. Una vez aquí, adaptarse a las leyes y a la cultura. No es fácil dejar lo propio y a veces puedes sentir que pierdes tu identidad, al punto de querer aferrarte más a tu vocabulario y costumbres de origen, pero debes entender que no vas a dejar de ser tú por adaptarte al nuevo entorno y que debes hacerlo, pues eres tú quien debe encajar y asimilarse.

¿Qué es lo que más echas de menos de tu país?

A mi país lo extraño desde hace años, incluso desde que estaba allí, pues se fue perdiendo poco a poco frente a nuestras narices. Extraño los sabores de mi tierra, extraño el verde y el cielo azul todo el año, extraño la lluvia y extraño a mi familia, especialmente a mis perros, a quienes tuve que dejar en adopción cuando aún la gente todavía adoptaba perros.

¿Con qué frecuencia te ves o comunicas con tu familia? ¿Qué medios de comunicación utilizas?

Con mi mamá hablo semanalmente por llamada de Whatsapp o Facebook Messenger y chateamos cada vez que podemos. Con mi papá también me comunico por chat y llamada de Whatsapp, pero con menor frecuencia, porque donde está hay muy poco acceso a internet.

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