El otro lado de la postal de Inglaterra

Yo sólo puedo hablar desde mi experiencia particular, desde el punto de vista de alguien que lleva poco tiempo fuera, sola y que tampoco tiene del todo claro si desea o va a quedarse. Por una parte está esa energizante sensación de novedad, que hace que te intereses y quieras absorberlo todo de inmediato, la excitación de descubrir algo nuevo cada día, de hacer nuevas amistades (o al menos conocidos). Porque cuando eres nuevo en un sitio, a menudo también sientes SOLEDAD. Una soledad que te hace preguntarte si merece la pena. No tienes ese respaldo que en casa se daba por sentado: familia y amigos, amigos de años que te conocen de verdad. Para combatirlo, al principio quedas con mucha gente, pero normalmente es con otros extranjeros que, como tú, están "de paso". Gente bien con la clara idea de volver, bien sin saber qué hacer, así que las relaciones tienden a ser cortas y bastante superficiales.

       Otro factor a tener en cuenta y que siempre obviamos, es que fuera eres justamente eso: el de fuera, el extranjero y, aunque no te topes con racismo expreso, así es como te sentirás, porque xenofobia en distintos grados hay en todos lados. No será nada en concreto, pero la notarás mil veces en las cosas más sutiles, como el paternalismo con el que te tratan. La soledad y sobre todo la xenofobia fue lo que en mi caso inclinó la balanza: acabo de volver a España (cierto es que no me hubiese vuelto de no haber encontrado trabajo).

Ll

Hola a todos,

Exactamente llegué a Londres de vacaciones por 5 días en 2009, me encantó todo lo que ví aunque recuerdo que no lograba hacerme con los horarios de cenar, salir de fiesta y demás, los españoles somos muy distintos a los británicos. Fue un viaje fugaz pero con muy buen sabor de boca, hizo sol toda esa semana de abril.

3 años y medio más tarde no habría pensado que volvería a pisar Londres para comenzar una segunda vida alejado de tu cultura y tus gentes, de tu lengua nativa y de muchas costumbres. Llegar como expatriado abre muchas puertas, puertas a la imaginación, a la apertura y aprendizaje de otras culturas y lenguas pero sobretodo a conocerte a tí mismo y a explorar nuevas rutas profesionales y personales. Resumiendo en una frase: ser expatriado duele pero a raíz de eso la persona crece en muchos aspectos y nos abre los ojos a valorar lo que de verdad tenemos.

Antes de despedirme os quería aconsejar que visitéis el blog en el que estoy trabajando islaimaginacion.com o facebook.com/isla.londres

Un saludo!