Mamá española en Bulgaria

Expatriado del mes
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Publicado el 2016-09-30 a las 09:21 por Expat.com team
Me llamo Marta, soy de Barcelona y hace casi ocho años que vivo en Bulgaria. Actualmente trabajo como traductora.

Preséntate. ¿De dónde eres? ¿Cuánto hace que vives en Bulgaria? ¿Cómo te ganas la vida?

Me llamo Marta, soy de Barcelona y hace casi ocho años que vivo en Bulgaria. Actualmente trabajo como traductora.
 

¿Por qué decidiste cambiar de país?

Mi marido es búlgaro, y simplemente había que elegir uno de los dos países. Nos decantamos por Bulgaria porque él tenía una buena oferta de trabajo y además sus padres están solos, no tienen a nadie más. 
 

¿Qué trámites y formalidades has tenido que hacer para instalarte?

Al estar casada con un búlgaro y ser de un país de la UE todo fue relativamente fácil. Simplemente tuve que pedir permiso de residencia, que me fue concedido sin problemas.
 

¿Cómo fue tu instalación?  

Fue complicada. Me vine con dos maletas y un bebé de meses, en pleno invierno. La casa estaba helada y sin apenas muebles, los primeros días nos ayudaron mis suegros y luego ya nos fuimos apañando solos.
 

¿Has tenido dificultades para adaptarte: la gastronomía, las costumbres, el clima...?

Al principio me costó adaptarme, de hecho tardé bastante en atreverme a salir sola de casa, pero en cuanto aprendí algo de búlgaro todo mejoró. La gastronomía no me supuso grandes problemas, porque aquí la comida es muy buena en general.  Las costumbres las fui aprendiendo con el tiempo: los búlgaros son muy acogedores con los extranjeros y me iban explicando las tradiciones locales cuando surgía la ocasión. El clima en verano me parece perfecto, aunque en invierno lo paso mal porque hace mucho frío y aún no he conseguido acostumbrarme. 
 

¿Lo que más te sorprendió en Bulgaria?

Me sorprendieron muchas cosas, una de ellas es que aquí le echan yogur a todo. En España el yogur suele ser un postre dulce, pero en Bulgaria se consume principalmente salado, y se usa como sopa o como salsa para aderezar casi cualquier cosa. Es cuestión de acostumbrarse.
 

¿Cómo has conseguido trabajo?  

En realidad fue gracias al blog, mi jefa lo encontró por Internet y tras un tiempo leyéndolo me llamó para ofrecerme un puesto.
 

¿Cómo has encontrado un alojamiento? 

Mi marido es búlgaro, así que de encontrar piso se ocupó él, ya que en esa época yo no sabía búlgaro.
 

¿Es fácil hacer nuevos amigos? ¿Algún consejo?

Los búlgaros son bastante cerrados al principio, pero en realidad son gente amistosa, y si ven que te esfuerzas por aprender su idioma y sus costumbres te echan una mano. Yo creo que a muchos les sorprende que los extranjeros vengamos a vivir a Bulgaria, cuando muchos de ellos lo que quieren es irse a vivir a otros países europeos.

Un consejo que creo que sirve para cualquier país es llegar con actitud humilde y estar dispuesto a aprender y adaptarte. Somos los expatriados los que debemos adaptarnos a nuestro nuevo país, no esperar que ese país se adapte a nosotros.
 

Venga mójate: lo mejor y lo peor.

Lo mejor, quizá la banitsa. Es un pastel de hojaldre y queso típico de Bulgaria, a mi me encanta y lo comería a todas horas. He aprendido a hacer banitsa casera y no me sale mal del todo.

Lo peor, sin duda el clima en invierno. Soy muy friolera y todo lo que baje de 0 grados para mí ya es demasiado frío. En febrero  podemos llegar  hasta -15ºC y salir a la calle es una auténtica odisea, hay que abrirse paso entre la nieve o jugarse el tipo en las placas de hielo que se forman en la acera. 
 

Un prejuicio sobre Bulgaria que resultó totalmente equivocado.

Antes de venir me dijeron que Bulgaria era un país muy triste y feo. Pero todo lo contrario, es un país muy bonito, y aunque algunas ciudades necesitarían una buena inyección económica para su mantenimiento, la Naturaleza es simplemente preciosa. Hay playas estupendas, montañas espectaculares, y ciudades y pueblecitos preciosos.
 

¿Qué es lo que echas más de menos de España, tu país de origen?

Tal vez hablar español. Aquí lo puedo hablar con mi marido y con mi hija mayor, y también con algunos búlgaros. Pero echo un poco de menos estar rodeada de mi propio idioma: la prensa, la televisión, la gente por la calle... Aunque sé búlgaro, no es lo mismo.
 

¿Cómo es tu vida cotidiana?

Nada especial; como mucha gente, de lunes a viernes voy de casa al trabajo, del trabajo al colegio de los niños, y poco más. Los fines de semana los paso en familia, y en verano vamos a la costa del Mar Negro, a una casita que tienen mis suegros en un pueblecito muy pequeño.
 

¿Con qué frecuencia te ves o comunicas con tu familia? ¿Qué medios de comunicación utilizas?

Vamos a España una vez al año aproximadamente, y en el día a día hablamos por WhatsApp o por Skype.
 

Sobre tu blog Mamá en Bulgaria ¿qué te ha llevado a empezarlo? y ¿qué representa para ti escribirlo? 

Cuando llegué a Bulgaria estuve buscando desesperadamente en Internet información sobre lugares, costumbres, comida y noticias de Bulgaria, pero en español no había prácticamente nada. Me acostumbré a buscar la información en inglés, y más tarde directamente en búlgaro, pero un día se me ocurrió que ya que llevaba varios años aquí, tal vez yo podía contribuir un poco a llenar ese vacío en Internet. Ahora ya hay varios blogs en español sobre Bulgaria, y entre todos damos a conocer este país.

Para mí ha sido muy positivo escribir el blog, porque a menudo necesito documentarme a fondo para escribir sobre cosas concretas, y como resultado cada vez aprendo más sobre Bulgaria. Y cuanto más conoces un lugar, más lo puedes apreciar.
 

¿Qué consejo le darías a aquellos que quieren instalarse en Bulgaria?

En general, que vengan con la mente abierta, desterrando prejuicios y dispuestos a adaptarse y a ver el lado bueno de las cosas. Y concretando más, que se vengan con el alfabeto cirílico aprendido si es posible, así desde el principio podrán tener más libertad para ir por la calle o usar el diccionario. Parece una tontería pero ayuda.
 

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