Ir a vivir a puerto francisco de orellana

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La ciudad de Puerto Francisco de Orellana, conocida también con el nombre de El Coca, se encuentra en la confluencia de los ríos Napo y Coca, en plena selva amazónica, es la capital de la provincia de Orellana. Tiene poco más de 40 mil habitantes y buena parte de su economía, gira en torno a la explotación del petróleo. En su entorno, habitan tribus indígenas, especialmente huaoranis (conocidos como "aucas"), secoyas, záparos, yumbos, sachas y también hay una zona, fronteriza con la provincia de Morona-Santiago y con el Perú, que es territorio shuar (conocidos en otro tiempo como "jíbaros").

Al ser capital de provincia, concentra los servicios de las Administraciones Públicas, Poder Judicial y también cuenta con una Capitanía de Puerto, a cargo de la Armada del Ecuador (es un importante puerto fluvial, que antaño, era prácticamente la única vía de comunicación). Además, la ciudad tiene un aeropuerto que tiene vuelos regulares hacia Quito y hacia Nueva Loja (Lago Agrio).

Lo más cercano que tiene desde ahí, es la ciudad de Nueva Loja (Lago Agrio), a casi 3 horas de viaje en coche, por una carretera en condiciones aceptables (antes, cuando no había la carretera, la única forma de llegar era navegando por el río Napo). Nueva Loja, capital de la provincia de Sucumbíos, es más grande y más poblada, con poco más de 90 mil habitantes. Fuera de Nueva Loja, que es la ciudad más cercana y ya ve el tiempo de viaje que toma llegar, en los alrededores de Puerto Francisco de Orellana solo hay caseríos, campamentos petroleros, poblados indígenas y selva.

Desde luego que la calidad de vida no se puede comparar con la de las grandes ciudades de Ecuador, porque estamos hablando de una ciudad pequeña, que surgió como un poblado de colonos de la Amazonía, procedentes de otros lugares de Ecuador y de la vecina Colombia y que creció a raíz de la exploración, descubrimiento y explotación del petróleo. Buena parte de los habitantes de la ciudad, son trabajadores de las empresas petroleras, de cuya actividad dependen también otros empleos, de manera indirecta. Hay trabajadores de las petroleras que viven permanentemente en la ciudad y otros que son de otras ciudades de Ecuador y que solo están en ella los días que tienen que trabajar, pues regresan habitualmente a sus ciudades. Muchas petroleras tenían la costumbre de que el trabajador prestaba sus servicios por 20 días de corrido y luego tenía 15 días de vacaciones, también de corrido. Esa era la dinámica de trabajo en el sector de la explotación petrolera, teniendo en cuenta la distancia, la otrora dificultad de llegar (cuando no había carretera) y que muchos trabajadores cualificados eran de otras ciudades (especialmente, de Quito y Guayaquil); incluso, los colonos de la Amazonía, así como los trabajadores que prestan habitualmente sus servicios en ella, gozan de descuentos en pasajes aéreos, de manera similar a los que gozan las personas residentes en las islas Galápagos, precisamente, para facilitar que puedan dirigirse hacia las ciudades de las que sean originarios. La única aerolínea que presta servicio regular es TAME (Transportes Aéreos Militares Ecuatorianos), que es de propiedad de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE). También hay unos aviones de PETROECUADOR, que sirven como "expreso aéreo" a sus trabajadores y efectúa un servicio ordinario entre Puerto Francisco de Orellana - Nueva Loja y Quito. Igualmente, hay servicios de avionetas (taxi aéreo), que hacen el transporte aéreo ordinario entre ciudades de la Amazonía.

Puede encontrar una vivienda adecuada y con comodidades, eso sí que existe y tiene su coste. Pero, desde luego, el clima de la Amazonía es caluroso y húmedo en el día y fresco en las noches; suele llover mucho en invierno, hay crecidas de los ríos, que incluso pueden desbordarse. Hay que tener mucha precaución con las condiciones higiénicas. Igualmente, aunque hay médicos y clínicas (las petroleras suelen tener sus propios dispensarios), que pueden brindar atención primaria, cuando haya ya casos más complejos, a las personas las deben trasladar, según el tipo de enfermedad, a Nueva Loja o ya directamente, a Quito.

Lo que se puede echar en falta en una ciudad como Puerto Francisco de Orellana es el ocio y las comodidades propias de cualquier gran ciudad, así como, en el caso de que se tenga hijos en edad escolar, la carencia de establecimientos educativos de alta calidad (desde luego, no es lo mismo estudiar en Guayaquil, Quito o Cuenca, donde los buenos colegios privados tienen niveles aceptables y la exigencia va en relación con los medios de los que se dispone; que la enseñanza en el contexto de una ciudad pequeña o pueblo, con recursos limitados). Sin embargo, se compensa por el contacto que se puede llegar a tener con la naturaleza, que quizás pueda resultar interesante: tiene la posibilidad de internarse en la selva, bajo la orientación de guías nativos; la posibilidad de hacer cruceros fluviales por el río Napo; el parque nacional del volcán Sumaco, entre otros atractivos.

Espero que esta información le pueda ser de utilidad.

Un saludo.