Perspectivas: Mis vivencias en el Medio Oriente. Doha, Qatar

Expatriado del mes
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Publicado el 2015-08-01 a las 00:00 por Expat.com team
Mi nombre es Leticia, soy de Bolivia y vivo en Qatar desde febrero del 2012. Los 2 primeros años a mí llegada me dediqué por completo a mi familia. Siento que en Doha, el tiempo ha pasado muy rápido

Preséntate: ¿de dónde eres? ¿cuánto hace que vives en tu nuevo país? ¿cómo te ganas la vida?

Mi nombre es Leticia, soy de Bolivia y vivo en Qatar desde febrero del 2012. Mi familia está formada por mi esposo Mario Gamarra y mis 4 hijos, Gonzalo (24), Nicolás (20), Joaquín (15) y Mario Emiliano (7). Los 2 primeros años a mí llegada me dediqué por completo a mi familia. Siento que en Doha, el tiempo pasa más rápido, a la llegada uno empieza primero por los trámites de residencia, búsqueda de colegios, acomodar la nueva casa, luego vas conociendo nuevas personas, la cultura local, la ciudad y poco a poco nuestra vida en este nuevo país se encaminó y fluyó. Hace un año empecé a trabajar en la Embajada del Perú de Qatar, el trabajo me permite estar activa y ello le dio dinamismo a mi estadía por Qatar.

¿Por qué decidiste cambiar de país?

Mi esposo es piloto y en Qatar Airways le ofrecían una buena oportunidad laboral, por lo que luego de evaluarlo decidimos emprender este nuevo proyecto familiar.

¿Qué trámites y formalidades has tenido que hacer para instalarte?

A la llegada, lo primero que uno tiene que hacer es la residencia para obtener el ID de Qatar, luego la licencia de conducir y como tengo 4 hijos en diferentes edades, me tocó buscar universidad, colegio y kínder. También tuvimos que ver el tema de casa, ya que en su momento la compañía no estaba dando vivienda, pero con paciencia y espera logramos quedarnos en el “Company Accomodation” de Qatar Airways, lo que nos facilitó la instalación. Hacer estos trámites fue una experiencia totalmente diferente a otros realizados anteriormente, puesto que para hacer la residencia y ID las oficinas son sólo de mujeres, uno no puede ingresar con el esposo, muchas mujeres que atienden, que en su mayoría son árabes, hablan sólo árabe, lo que dificulta un poco la comunicación. Algunas de las que atienden son amables y otras son un poco duras, les incomoda el contacto visual y se dirigen con uno sólo con señas o palabras cortas en tono muy imperativo.

¿Cómo fue tu instalación?

El buscar colegio fue muy difícil, visitamos muchos colegios pero no tenían espacio, para aplicar se tiene que hacer un primer pago y para que rindan el examen de ingreso se tiene que realizar un segundo pago, ambos pagos no son reembolsables, por lo que uno invierte mucho tiempo, dinero y estrés en la búsqueda. Si tienes suerte después de rendir el examen encuentras espacio, otras veces te indican que tu hijo no aprobó el examen y generalmente por políticas del colegio no te indican si le falta mejorar el nivel de inglés, matemáticas, etc. Con suerte encontramos un buen colegio y kínder, desde nuestra llegada nos tomó dos meses y un mes respectivamente. Cuando llegamos a Qatar mi hijo mayor ya estaba en mitad de su carrera universitaria en el exterior y a mi segundo hijo le tocaba empezar la universidad, decidimos visitar las diferentes universidades de la ciudad, las fechas de cierre de postulación estaban encima y no nos dio el tiempo para aplicar. Otro elemento que nos desanimo es que vimos que el ambiente de vida universitaria iba a ser mejor en el exterior.

Como anécdota, cuando visitamos “Education City” con mis 2 hijos mayores Gonzalo y Nicolás, tuvimos una experiencia muy curiosa, parqueamos en un área que era cercana a Qatar University, preguntamos por las oficinas administrativas y nos explicaron el camino, pero para llegar al edificio teníamos que pasar a través de otro conjunto de edificaciones. Sin embargo, no pudimos hacerlo, porque a ese edificio sólo podían ingresar mujeres, ya que Qatar University tiene carreras universitarias que sólo son para mujeres, otras para hombres y algunas son para ambos sexos. A la entrada del edificio tenían en cada puerta un letrero que indicaba que el ingreso era sólo para mujeres y que estaba prohibido el ingreso de hombres, por lo que tuvimos que dar toda una gran vuelta bordeando el conjunto de edificaciones y sus jardines para llegar a nuestro destino, en un calor sobre los 46 grados bajo sombra, tuvimos que cambiar una caminata por interiores con aire acondicionado de 5 minutos por una caminata en exteriores de más de 15 minutos, fue un recorrido extraño y agotador, teníamos sequedad hasta la garganta.


¿Has tenido dificultades para adaptarte: la gastronomía, las costumbres, el clima...?

Creo que el proceso de adaptación en Doha es muy diferente a otras ciudades, al ser un país musulmán y conservador uno tiene que asimilar las nuevas reglas como ser respetar el código de vestimenta, el saludar sin dar la mano, el de no realizar demostraciones de cariño con el esposo en lugares público, etc. Cuando uno recién llega es difícil el tener que aprender a no hacer contacto visual con las personas, ya que contrariamente a nuestros países acá es mal visto, es sinónimo de coquetería y puede dar lugar a malas interpretaciones. Asimismo, es mal visto buscar conversación con las personas locales y si ellos se dirigen a nosotros es mejor no contestarles, porque si uno empieza a entablar conversación con ellos puede dar pie a que te falten el respeto. Otra cosa desagradable es que como hay tantos trabajadores sin esposas y familia, las mujeres algunas veces llegamos a sentirnos intimidadas con las miradas de algunos de ellos. Sobre la comida, Doha tiene una variedad de restaurantes con diferentes especialidades y también están presentes la mayoría de las cadenas internacionales de comida rápida. En los supermercados uno puede encontrar productos de todas partes del mundo, ello refleja la cantidad de nacionalidades que conviven en la ciudad. Sobre el clima, el verano de Doha es tremendo, las temperaturas bordean arriba de los 50 grados y literalmente el aire de la calle quema y hace arder los ojos y la piel. Este será mi cuarto verano y los pronósticos no son alentadores, el verano será más largo e intenso.

Este verano coincide con el Ramadán, es un mes que no podemos comer y tomar (agua, café, gaseosas o jugos) en público durante todo el día, lo cual no deja de ser incómodo. Todos los restaurantes y la mayoría de las oficinas cierran en el día. Por esta razón es que en verano la ciudad se vacía de manera impresionante, la mayoría de las esposas e hijos de expats se van a sus países 2 a 3 meses, aprovechando las vacaciones largas de colegio. Es lo más aconsejable, ya que no se puede salir fuera de las casas o de los malls. Por otro lado, los días de la semana en el mundo árabe, son un verdadero enredo mental, una cosa que todavía después de 3 años me tiene desconcertada es que los 5 días hábiles de la semana son de domingo a jueves, el viernes equivale a nuestro domingo y el sábado a nuestro sábado, hasta ahora me cuesta cambiar el esquema mental de que el domingo es como nuestro lunes. Uno siente que la semana acaba rápido, que es corta, al igual que el fin de semana.

¿Lo que más te sorprendió?

Acá son muchas cosas que sorprenden… pero sin duda, la última tormenta de arena que tuvimos la noche del 1ro y la madrugada del 2 de abril fue terrible, fue una de las más fuertes en los últimos 10 años, había arena por todo lado, el poco verde de los árboles de la ciudad terminaron de color marrón por la cantidad de arena que los cubrían, los autos quedaron revestidos de arena, en las casas uno respiraba arena y todos los muebles y el piso tenían una capa de arena. Fue difícil hasta dormir, porque uno respiraba arena. Al día siguiente suspendieron actividades en los colegios, universidades y algunas empresas e instituciones también cerraron.

¿Cómo has conseguido trabajo?

La Embajada me invitó a postular al cargo vacante que tenían, presente mi curriculum vitae, les pareció interesante mi perfil profesional y me hablaron para realizar una entrevista con el Embajador y posteriormente me ofrecieron el cargo.

¿Es fácil hacer nuevos amigos? ¿Algún consejo?

En Doha es muy fácil conocer nuevos amigos, el 85% de la población son expats de todas partes del mundo, que al igual que nosotros llegaron por razones laborales. Uno aprende a convivir con diferentes culturas, conoces personas de países inimaginables, por lo que tienes que ser abierto, flexible y respetuoso a las costumbres diferentes a las nuestras. Por lo general, las personas son muy colaboradoras, somos una comunidad de expats tan grande, que uno aprende a desarrollar un alto grado de empatía, ya que a todos nos toca llegar, empezar de cero, sin amigos, lejos de tu país, de tu familia y a todos nos toca vivir y pasar por las mismas dificultades que tiene el proceso de instalación de un nuevo hogar. Venga mójate: lo mejor y lo peor. Justo en uno de mis últimos post del blog escribo sobre lo bueno y lo malo de vivir en Qatar. Después de 3 años de estar acá, puedo afirmar que como en todo cambio se ganan y se pierden cosas.

El vivir lejos de nuestros países, conlleva el estar separados de la familia, de los amigos, el perder momentos especiales, importantes y sencillos de la vida de las personas que queremos, como ser perder cumpleaños, el compartir pequeños o grandes logros, graduaciones, nacimientos, aniversarios y también perdemos la oportunidad de estar presentes en situaciones difíciles como problemas personales, cirugías, enfermedades o fallecimientos. Algo que una amiga me dijo y me impactó fue que en cada año que ella viajaba a su país a visitar a sus papis, fue viendo el proceso de envejecimiento de ellos, vio cómo la salud de sus papis se fue apagando y deteriorando año tras año, vio con tristeza que ellos estaban perdiendo el crecimiento y el compartir con sus nietos y como el paso implacable del tiempo los iba consumiendo en la inminencia de la vejez. Esto me lleva también a pensar, que uno sin querer se distancia de amigos, porque deja de compartir el día a día, si bien el cariño y la amistad siempre está y nos esforzamos por mantenerla, al estar tan lejos, al tener nuestras propias actividades, sumado a la diferencia de horarios que dificulta una comunicación fluida, cobra una factura que es estar ajenos a muchos detalles de la cotidianeidad de personas queridas y sin darnos cuenta en cierta medida nos vamos alejando de sus vidas.


¿Y cuáles son las ventajas de vivir en Qatar?

Una de las principales y por lo que la mayoría de profe-sionales llega a Qatar es el poder contar con un trabajo estable, que viene acompañado de un favorable salario y un buen paquete de beneficios familiares. Otro elemento positivo es la seguridad ciudadana, el poder vivir relativamente tranquilos y sin los fantasmas de la criminalidad merodeando nuestro entorno. Uno puede dejar la casa abierta, el auto encendido o con las llaves, la cartera a la vista, hacer transacciones bancarias sin prevenciones, tener dinero sin miedo a ser asaltado, pararse en un semáforo sin temores y vivir en una ciudad dónde no se ven borrachos por las calles o entre los jóvenes, puesto que el consumo de bebidas alcohólicas es muy controlado. Todo esto es muy valioso, sobre todo cuando uno viene de países en los que convivimos con elevados y estresantes grados de inseguridad.

¿Es Qatar una burbuja?

He escuchado a muchos papás, y me incluyo, comentar lo felices que somos que nuestros hijos tengan acá una niñez y adolescencia tan tranquila, con lindos grupos de amigos de diferentes países y con actividades muy sanas. Sin embargo, no deja de preocuparnos que ellos al estar en un ambiente tan sereno, no tengan la malicia y los filtros para cuidarse de los peligros del mundo real, filtros que se desarrollan de manera muy natural en el entorno de nuestros países. Otra ventaja es el aprendizaje multicultural y la apertura de barreras mentales hacia horizontes más allá de nuestra propia cultura, que sin duda, son experiencias invaluables que terminan enriqueciéndonos como seres humanos y haciéndonos más flexibles al cambio y a lo desemejante de nuestro espacio social. Un prejuicio que resultó totalmente equivocado.

Al principio pensé que todos los locales y los árabes eran demasiado serios y torpes con los expats. Sin embargo, luego uno ve que hay qatarís y árabes, tanto mujeres como hombres que son amables y tienen empatía con uno. Esto lo viví, cuando rendí mi examen para obtener la licencia de conducir, la primera vez fue una de las peores experiencias de mi vida, nadie te habla o explica lo que tienes que hacer, se dirigen a ti con señas y palabras imperativas y encima aplazaban a la mayoría de las mujeres que nos presentamos a la prueba, me tocó ver a una mujer árabe furiosa que se puso a discutir con el capitán casi a gritos, ella se quejaba que nadie le explicó lo que tenía que hacer en el examen. Sin embargo, después de 2 meses fui a hablar con el capitán de la oficina central y le expliqué la urgencia de tener mi licencia para movilizarme por el colegio de mis hijos, él me escucho, fue gentil y me colaboró para que de un examen sólo de manejo en calle. Fue una experiencia totalmente diferente a la primera, todo lo opuesto, del trato torpe y seco pase a un trato amable y colaborador.

¿Qué es lo que echas más de menos de tu país?

Lo que más se extraña es la familia y los amigos con los que uno tiene una historia en común, con los que uno creció y/o compartió diferentes etapas de la vida. También, en ocasiones se extraña el sentido de pertenencia, aunque es cierto que los tiempos actuales cada vez nos hacen más ciudadanos del mundo, sin fronteras, aprendiendo a abrir la mente a nuevos conocimientos sociales, culturales y a ser más tolerantes.

¿Cómo es tu vida cotidiana?

La vida en Qatar es muy tranquila, el día a día pasa muy rápido. Por lo general las actividades empieza muy temprano, normalmente me levanto a las 5:30 am, después de alistarme llevo a mi hijo menor, Mario Emiliano, al colegio. Joaquín va al colegio con sus primas, entre paréntesis, al año por fin tendré a mis dos hijos menores en el mismo colegio. Luego voy a mi trabajo en la Embajada, mi trabajo es entretenido, el ambiente es muy agradable, cada semana conozco gente de diferentes países, que trabajan en distintos rubros, lo cual es interesante, mi horario laboral termina a las 2:30 pm, al regresar a mi casa, veo las tareas de mi hijo menor y trato de compartir tiempo con mi esposo y mis hijos. También converso por skype y/o viber con mis hijos mayores, Gonzalo y Nico, que estudian en el exterior. Los fines de semana realizo las compras del supermercado y si tengo tiempo me reúno con alguna amiga o amigos de mi esposo. Ocasionalmente tenemos alguna invitación de alguna pareja de amigos a cenar, o un cafecito con mis amigas (la mayoría esposas de pilotos) y alguna vez tenemos un junte o planificamos una salida a almorzar con los pilotos bolivianos y sus familias.

¿Qué haces en tu tiempo libre? ¿Cuáles son las actividades más populares allí?

Mi tiempo libre trato de dedicarlo a mi familia y amigas. Estoy retomando mi hábito de lectura, empecé a pasar clases de teclado con mi hijo menor. Paso clases de inglés por Skype con una profesora de Lima. Las actividades más populares en Doha es ir a pasear al desierto y a la playa, si el tiempo lo permite. Otros lugares que muchos frecuentan son el Souq Waqif y Katara. Lo más popular para pasar el tiempo son los malls, el Villaggio es el más concurrido, pero en la ciudad hay muchos malls, donde todos vamos a pasear, comprar, comer, ver películas en el cine, etc.

Sobre tu blog ¿qué te ha llevado a empezarlo? y ¿qué representa para ti escribirlo?

El primer mes que llegué a Doha veía muchas cosas tan diferentes que me pareció interesante retomar mi pasión por el periodismo escrito y empezar el blog contando cómo era mi acercamiento a una cultura tan diferente y cómo era vivir en Qatar. En principio fue una vía de escape para no entrar en inactividad o sentir que no hacía nada, luego empecé a recibir muchas consultas y me di cuenta como el blog podía ayudar y orientar a muchas personas que querían venir a vivir a Doha o que ya vivían acá, también recibí muchas palabras motivantes de amigas que viven acá y que se identifican con muchos de mis relatos del blog. A través del blog conocí a muchas personas, con algunas de ellas intercambiamos mensajes, con otras conversé por Skype y a otras después de colaborarles con información antes de su llegada las llegué a conocer personalmente en Doha. Es una sensación muy gratificante el poder ayudar a muchas mujeres y el conocerlas es muy especial.

¿Qué consejo le darías a aquellos que quieren instalarse allí?

Es difícil dar consejos y toda apreciación sobre cómo es vivir en Doha es muy personal. Creo que como en todo hace mucho la actitud y buscar en lo posible vivir de manera tranquila y concentrarse en lo bueno. Es importante ser paciente, tolerante y abierto porque muchas personas en Doha nunca dejan de sorprender para bien o para mal. No es la primera vez que vives en el extranjero, explícanos un poco tu trayectoria. A mis 18 años viví en Buenos Aires donde realicé mis estudios universitarios, luego retorné a Bolivia. Ya casada y con mis 4 hijos salimos nuevamente a vivir al exterior por el trabajo de mi esposo, vivimos en Lima por 4 años. El último año en Lima trabajé como facilitadora de capacitación a mujeres emprendedoras en un proyecto de Aprenda y Thunderbird School of Global Management, financiado por el BID, FOMIN y la Agencia Australiana para la Cooperación Internacional (AusAID). Del Perú nos mudamos directamente a Qatar por una nueva oportunidad laboral que se le presentó a mi esposo.

¿Con qué frecuencia te ves o comunicas con tu familia? ¿Qué medios de comunicación utilizas?

Con mis hijos mayores nos vemos 2 veces al año, para navidad y en sus vacaciones largas, lo bueno que ellos todavía comparten la totalidad de sus vacaciones con nosotros. Me comunicó con ellos a diario por skype, viber y whatsapp. Luego sólo tengo a mis hermanos, mis papis ya fallecieron, con ellos me comunico por teléfono e inbox.

Perspectivas: Mis vivencias en el Medio Oriente. Doha, Qatar