Guiomar en Xalapa: "Tenemos que aprender a venir con más humildad"

Entrevistas a expatriados
  • Guiomar en Xalapa
Publicado el 2015-05-14 a las 00:00 por Expat.com team
Guiomar viene de Madrid. Vive en México desde 1998. Es investigadora y está realizando una estancia posdoctoral en la Universidad Veracruzana. Vino a México la primera vez en 1995 donde conoció a su futuro marido. Nos cuenta su experiencia...

Preséntate a ti misma: ¿de dónde eres, desde cuánto tiempo vives en México? ¿Cómo te ganas la vida allí?

Me llamo Guiomar y soy madrileña. Vine a vivir a México de manera definitiva el 21 de Julio de 1998 con 26 años. Ahora mismo estoy realizando una estancia posdoctoral en la Universidad Veracruzana, en la ciudad de Xalapa. Soy investigadora o, al menos, lo intento. Trabajo en microbiología de alimentos. Intentamos hacer algo de buena ciencia con muy pocos recursos. Y, a veces, lo logramos.

¿Por qué has optado por instalarte en México?

Empecé a venir a México en 1995, poco después del alzamiento zapatista. Primero vine como voluntaria unos meses a un proyecto de desarrollo en la Sierra Norte de Puebla y aproveché para hacer mi proyecto de fin de carrera de Agrícolas. Conocí a un chico. Tuve que ir al DF y llamé al chico para que me enseñara ese monstruo que es el DF. Lo vi llegar en la plaza de Insurgentes y supe que estaba perdida, que ese era el hombre de mi vida, que sería el padre de mis hijos. Sé que suena muy cursi, pero juro que es verdad. Regresé a España a terminar mis estudios. Me titulé y comencé a estudiar Ciencia y Tecnología de Alimentos. Pensé que esa aventura había sido sólo una pasión veraniega. Volví a mi vida. Traté de olvidarme de ese chico y nos hicimos amigos, buenos amigos. Comenzamos a cartearnos. Cartas de papel que todavía tenemos guardadas, de esas que tardaban 10 días en llegar. Nos hablábamos de vez en cuanto (entonces las conferencias eran carísimas). A veces me parece que hubiera pasado una eternidad de todo eso. Año y medio después regresé a México de vacaciones. Íbamos a conocer el Caribe. Un amigo me ofreció un trabajo. Y de repente nos pareció que podíamos tener un futuro juntos, que a lo mejor no era tanta locura. Esas vacaciones no pudimos llegar al Caribe, tardamos unos cuantos años en hacerlo. Tampoco salió ese trabajo, pero pudimos construir nuestro futuro. Y hoy, ese chico es el padre de mis hijos.

¿Cuáles son las formalidades que has hecho para instalarte en México?

Puff. Primero pedir ampliaciones a la visa de turista. Luego me casé y pedí el FM-3. Por cierto, que me enfadé mucho porque le pidieron una carta a mi marido en la que se comprometía a mantenerme en caso de que me quedara sin trabajo. En el 2003 después de que nació mi hija me naturalicé (es como llaman aquí a la nacionalización). Pensé que si tenía que pagar impuestos, por lo menos que me pudiera quejar (a los extranjeros en esa época nos amenazaban de vez en cuando con la expulsión). Descubrí que el trámite para nacionalizarme era más fácil, más barato y menos corrupto que los trámites en migración. Se me facilitó mucho la vida en México. Dejé de ir cada año a migración y de pedirle a mi marido la dichosa carta (que no os imagináis el coraje me daba), dejé de oír amenazas y de que escuchar que me sugirieran mordidas...

¿Cómo fue tu instalación?

Pues yo me vine a vivir a una casa en obra negra. Sólo estaba construida la planta baja y durante varios años tuvimos albañiles en casa construyendo el resto. Dormíamos en la sala. Es algo muy mexicano. Para mí fue un "shock". Pero mi marido siempre ha sido de la idea de no pedir ni un duro al banco. Ahorrábamos y construíamos. Así fuimos haciendo la casa. Algo impensable en España, por lo menos entonces. Fue incómodo, pero miro hacia atrás y salimos ganando. Nunca pagamos hipoteca. Como me vine al DF y no a Puebla no tenía ningún amigo y, la verdad, me costó bastante comenzar a hacerlos. Quizá esa fue la parte más difícil para mi. Pero es que yo no vivía en el centro sino en una colonia popular.

¿Has tenido dificultades de adaptación (la gastronomía, las costumbres, el clima)?

Después de vivir en México comprendo las películas de Buñuel. Creo que eso resume mi sentir en la adaptación. En este país puede pasar cualquier cosa. Es completamente surrealista, con lo bueno y lo malo. La comida es rica. Salvo esa manía del agua de sabor (limonada, naranjada, agua de frutas con azúcar). No logro acostumbrarme a comer con un sabor dulce. Se come con agua y vino o, lo más cerveza. Al principio no había casi cafeterías y me costó adaptarme a eso. Yo era (y soy) muy de bajar al bar a tomar un café o una cerveza. Ahora ya me puedo tomar el café, pero no la cerveza (una mujer sola tomando una cerveza sigue siendo poco habitual y, sobre todo te obligan a comer, no hay casi bares). Las costumbres mexicanas tienen su encanto. Los mexicanos todo lo celebran por todo lo alto, como si el mundo se acabara mañana y todo con grandes comilonas de por medio. El día de muertos, las posadas navideñas (9 días de piñatas, rezos y tamales), Navidad, la Independencia, la Cuaresma. BREAK]El clima: vivir en el DF es un tanto hostil por lo menos para los hipotensos como yo. En invierno, además, se pueden vivir las cuatro estaciones en un día. El sol es justiciero a medio día y quema una barbaridad. La noche es heladora. Las tormentas cuanto comienzan inundan todo todos los años (es una tradición). Y el smog es antológico. A veces la contaminación es tan espesa que parece neblina. Te lloran los ojos, te sangra la nariz y te da tos. Un asco. Ahora vivo en Xalapa y aquí siempre llueve. En invierno chipichipi y neblina, en primavera granizo y tormentas, en verano tormentas y en otoño nortes (lo que queda de los huracanes) y tormentas. Es parecido al norte de España pero un poco más tibio. A mí me encanta, la verdad. Es un clima un poco melancólico, pero el aire y el cielo están siempre limpios, sin nada de contaminación.

¿Lo que más te sorprendió?

Creo que muchas pequeñas cosas. Lo primero: que con ese tamaño de ciudad y de estrés la gente no se matara. Me acuerdo que pensaba que si el DF estuviera lleno de madrileños nos habríamos muerto todos de un infarto. Aquí la gente es muy tolerante y muy paciente (a veces demasiado). El tiempo es muy elástico. El famoso "ahorita" y la impuntualidad como regla de educación. Al principio no lo entendía. Me molestaba esa tranquilidad del mexicano, ese vivir sin prisas. Me sorprendió mucho comer con agua dulce y la cultura de la coca-cola que tienen aquí. Omnipresente. Para mí era impensable. Pero, quizá, lo que más me sorprendió la solidaridad de los mexicanos, en todas partes. Aquí es impensable que alguien no ceda el asiento a un anciano, a una mujer embarazada o alguien que va muy cargado. Si preguntas por una dirección me pasado muchas veces, a lo largo del país, que me llevan hasta el lugar. Los vecinos se juntan para ayudar en las obras públicas (los ayuntamientos no responden), para apoyar a las madres solteras, para dar de comer a los hijos de otros,... Cualquiera da de comer a tu perro si sales unos días o te riega las plantas.

¿Cómo se pasó tu búsqueda de empleo?

Fue un calvario, la verdad. Primero estuve sin contrato en varios lugares y en dos de ellos me robaron una quincena entera de salario. Luego conseguí un buen empleo. Pero cuando nacieron mis hijos, la verdad es que me di cuenta de que era incompatible, aquí no han oído las palabras conciliación laboral. Y luego descubrí las becas de Conacyt, para estudiar posgrados que son una maravilla y se las dan a cualquiera (no tienes que ser mexicano). Así estudié una maestría (un master solo que aquí tiene validez oficial el título), un doctorado y una estancia posdoctoral.

¿Cómo has encontrado un alojamiento?

Aquí en Xalapa buscando en Internet. Y preguntando a gente que vive aquí por las mejores zonas, precios razonables, esas cosas.

¿La gente es amable / abierta? ¿Es fácil instalarse y hacer nuevos amigos? ¿Cuál es tu consejo para encontrar nuevas personas?

El mexicano es abierto y amable. Pero es difícil hacer buenos amigos. Es decir, de primera impresión son maravillosos, te apoyarán, te ayudarán a mudarte, te darán de comer... Pero no serán tus grandes amigos. Es algo que a mí me resultó raro y me ha costado mucho aceptarlo. Aquí la familia es lo más importante, no se le da mucha importancia a la amistad. Te adoptan un tiempo, pero como te metas en algo de su familia te va mal, seguro. Y también es difícil tener amigos para ir al cine o a tomar un café porque no es algo que se haga mucho (a no ser que seas joven universitario y tengas algo de dinero).

Un rasgo característico de la ciudad / país que te gusta mucho y un aspecto negativo:

México como país no se amedrenta ante los problemas. Su gente es capaz de salir adelante aun en las peores condiciones. Eso me admira del mexicano. Su capacidad de salir adelante siempre. No se quedan llorando y quejándose. Se ponen a trabajar. Venden cualquier cosa, hacen lo que sea. No me gusta la corrupción y la inseguridad (Creo que van juntas) y está aumentando mucho.

Un prejuicio sobre la ciudad / país que resultó totalmente equivocado:

Pensaba que la comida mexicana era tan picante que era incomible y que el maíz era para los animales. Ahora me da vergüenza. La cultura del maíz es sumamente rica y los mexicanos están muy orgullosos (y con razón) de su herencia. Hay una riqueza culinaria impresionante y muy, muy disfrutable. Pensaba que los mexicanos eran incultos, que nosotros de alguna manera les habíamos salvado de su barbarismo con la conquista. Y cuando vi todas las cosas que destrozaron los españoles, toda la cultura y toda la ciencia, se me saltaron las lágrimas. De verdad que sí. México tiene una gran herencia cultural y todavía hoy, a pesar de los esfuerzos en sentido contrario, sigue siendo un país con muchas expresiones culturales. Solo en el DF hay más de 500 museos.

¿ Cuando llegaste a México era la primera vez que ibas a vivir en el extranjero? ¿Nos cuentas un poco tu trayectoria?

Viví unos meses en Guatemala y en El Salvador. Pero creo que sí, yo me vine con dos maletas. Entonces decía que me vine como Cortés, quemando mis naves. En realidad por razones mil cuando me vine no podía regresar a España. No había vuelta atrás. Supongo que eso ha marcado mi trayectoria aquí. Creo que toda mi vida adulta la he hecho aquí. Vine con 26 años y voy a cumplir 43. Yo empecé en España a colaborar en voluntariado social con 17 años. Fue entonces cuando me invitaron a venir por primera vez a México. Una amiga española que vive aquí estaba trabajando en un proyecto en la Sierra y me dijo que cuando acabara Agrícolas me fuera unos meses a hacer mi proyecto de fin de carrera. No sé por qué pero siempre lo di como un hecho, como algo que tenía que hacer. Fui un par de veranos a Centroamérica pero al final vine aquí con 23 años la primera vez. Mi amiga sigue viviendo aquí, es casi una segunda madre para mí, además de una mujer admirable. Nunca he sabido qué vió en mí ni por qué me hizo esa propuesta tan loca para una adolescente. Pero cambió mi vida, sin duda que lo hizo. Y todos los días se lo agradezco, a pesar de todas las dificultades que ha habido. Lo demás ya lo he contando.

¿Qué es lo que más extrañas de tu país?

El cielo de Madrid y su olor a café torrefacto y fritanga tan propio de las tascas de Chamberí.

¿Como vives la actualidad de tu país desde lejos?

Veo a España como un país viejo y triste, deprimido, sin esperanzas. Tan deprimido que no es capaz de hacer algo que realmente cambie su situación como país. Pero la verdad es que estoy un poco perdida con lo que pasa en España. Me cuesta reconocer los nombres de los nuevos líderes políticos y partidos. Trato de leer El País todos los días pero no es igual. Me alegra que le estén poniendo un alto a la corrupción, creo que es un gran paso que deberían seguir aquí. Siento mucho lo que hicieron con los inmigrantes en España hace unos años porque somos un país de migrantes. Ahora somos "expatriados". ¿Por qué el cambio de nombre? Somos emigrantes, como lo fueron nuestros abuelos.

¿Con qué frecuencia te comunicas con tu familia? ¿Qué medios de comunicación utilizas?

Hablo con mis papás por teléfono todas las semanas, para ellos sigue siendo más cómo que el Skype, ya están grandes. Rara vez escribo mail o chateo con mis hermanos, creo que nos hemos ido distanciado, aunque supongo que es normal.

¿Cómo es tu vida cotidiana?

Ahora estoy en Xalapa con mis hijos, mi marido sigue en el DF y viene los fines de semana. Así que me siento un poco estresada. Me levanto temprano (6:30), saco al perro, hago desayunos, etc. Los niños comienzan la escuela a las 8:00. Lo bueno es que Xalapa es mucho más pequeño que el DF y en 5 min caminando llegamos. En el DF eran 45 min de coche así que madrugábamos más. Trabajo de las 8 a las 15:30 más o menos. No tengo horario en realidad y a veces voy a casa porque no hay Internet le dedico un par de horas por la tarde. En la tarde soy hago de mamá y ama de casa. Llevo a mi hija ballet y la traigo y llevo y traigo al maestro particular de mi hijo, voy al súper, paseo al perro,.. Lo normal. Y, casi siempre trabajo un rato los fines de semana.

¿Qué haces en tu tiempo libre? ¿Cuáles son las actividades más populares en México?

A nosotros nos gusta mucho ir a pasar el día a algún lugar. Salimos a correr temprano sábados y domingos y aquí en Xalapa bajamos a la playa o a nadar o subimos a la sierra o nos vamos a alguna fiesta infantil (mis hijos tienen mucha más vida social que yo). A veces nos quedamos en casa, pero lo normal es que salgamos a dar una vuelta. En el DF era más o menos lo mismo (sin playa, claro) y con menos tiempo para todo porque todo está mucho más lejos y hay más tráfico.

¿Qué consejo le darías a aquellos que quieren instalarse en México?

Que no vengan con la actitud de conquistadores que tanto repatea a los mexicanos. No se van a encontrar un país "subdesarrollado" ni a unos "incultos" ni a gente que "no sabe". Tenemos que aprender a venir con más humildad porque nuestra prepotencia nos cierra muchas puertas. Que se armen de paciencia porque aquí la vida va a otro ritmo y el orden de prioridades es diferente. Tienen que aprender a respetarlo. Que se informen bien sobre los trámites burocráticos y que no den mordidas (sobornos). No hace falta. Es mejor pedir bien la información. No gritar nunca. Los mexicanos llevan muy mal que les griten. Ser extraordinariamente educados, con buenos modales. Aquí es muy importante el por favor y gracias, dar el dinero en la mano, dar los buenos días, ayudar al vecino y saludarle, abrirle la puerta a las ancianitas y a las mujeres en general. Ser tolerante con los niños. México es lo que ahora llaman children friendly. Y te puedes encontrar maestros de la universidad dando clase con sus hijos, alumnos, taxistas, doctores... y te juzgarán por cómo tratas a sus niños.

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